El fin de semana, México y el mundo “ardieron” junto con las protestas y manifestaciones que piden justicia por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Y es que este hecho ha conmocionado, enfurecido y encendido a la sociedad y al mundo entero.
En las redes sociales se ha inundado de sed de justicia, dolor y hasta indignación por parte de los mexicanos, los padres de los normalistas y de ciudadanos de otras naciones que se han solidarizado con nuestro país.
Por ello, cuando se publicó vía el sitio de microblogging Twitter, desde la cuenta para México de Crunch, producto de la marca Nestlé, que “a los de Ayotzinapa les dieron Crunch”, la gran mayoría reprimió esta falta de tacto, respeto y humanidad.
El mensaje fue Trending Topic a nivel mundial y, como era de esperarse, a las pocas horas Nestlé dio a conocer que se trataba de una broma de mal gusto. Después, publicó que todo era producto de un hackeo a su cuenta oficial.
A su vez, Nestlé lamentó el hecho, ofreció disculpas y se solidarizó con las familias de los jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre.
Sin embargo, para algunos usuarios el hecho de primero expresar que fue una mala broma y después decir que se trataba de un hackeo, solamente exhibió que probablemente la compañía utilizó esa lamentable estrategia para causar revuelo en dicha red social.
Y es que, de haber sido una desagradable estrategia “publicitaria”, la respuesta del público consumidor fue sin duda la contraria, pues con igual viralidad se extendió en redes sociales (no solo en Twitter), una campaña con la que se boicoteaba al producto, y en la que miles de usuarios expresaron que no volverían a comprar el chocolate.
No fue el único
Nestlé no es la única compañía que ha cometido graves errores a través de las redes sociales que, por naturaleza, pueden ser de doble filo. Otras marcas que han encendido la furia de la Red son la cadena de pizzerías 50 Friends, Honda, Epicurious y AT&T.
La cadena de pizzerías 50 Friends publicó también en Twitter el siguiente mensaje: “#AccionGlobalporAyotzinapa ustedes esperan a sus hijos, nosotros esperamos llevar comida a los nuestros, dejen de cerrarnos negocios…”. A diferencia de Nestlé, esta empresa descartó que este tuit se tratara de un hackeo, y expresó que fue un error, pues se compartió la clave de Twitter a un cajero de la sucursal ubicada en Paseo de la Reforma.
Otro ejemplo de indignación en redes sociales fue el del sitio de comida Epicurious, que tras los atentados con bombas en el maratón de Boston, en el 2013, tuiteó: “Boston, nuestros corazones están con ustedes. Este es un tazón de desayuno energético que todos podemos usar para comenzar hoy”, a su vez publicó “En honor de Boston y Nueva Inglaterra, le sugerimos: bollos de arándanos de grano entero”. Los usuarios del sitio de microblogging calificaron a Epicurious como “insensible”, por lo que este se disculpó a nivel masivo, y de manera pública.
En el 2011, la compañía automovilística, Honda, lanzó una convocatoria vía Facebook para que el público (usuarios) dejaran sus opiniones y puntos de vista sobre el Accord Crosstour. La mayoría criticó severa y negativamente al auto, a excepción de un internauta cuya identidad era Eddie Okubo.
Eddie le “echó flores” al producto, pero fue descubierto por otro usuario, quien lo identificó como el Gestor de Planeación de Productos de Honda. La compañía eliminó los comentarios de Eddie y expresó que se habían borrado debido a que Okubo no dio a conocer quién era, ni estableció su relación con la empresa.
Y como olvidar el error de AT&T y el 11 de septiembre. La compañía se tuvo que disculpar después de publicar, en Twitter y Facebook el 11 de septiembre de 2013, una imagen en la que aparecía una mano sosteniendo un teléfono inteligente, y en el fondo se mostraban las que fueran las Torres Gemelas, acompañadas de la insignia “Never forget” (“Nunca olvides”, en español).
El público de la Red amenazó con cambiar de operador telefónico y calificó este mensaje como desagradable.
En consecuencia, la compañía AT&T lo eliminó de toda red social y señaló: “Nos disculpamos con cualquiera que sienta que nuestra publicación fue de mal gusto. La imagen sólo quería rendir tributo a los afectados por la tragedia del 11 de septiembre”.
Y es que el problema de un hackeo pone en riesgo no solo la integridad de las marcas y/o productos, también pone en tela de juicio la credibilidad y seriedad de los mismos. Además, un error de ese índole puede costarle muy caro a una marca o compañía , sobre todo si se trata de situaciones delicadas y lamentables, como la desaparición de los 43 normalistas y la repercusión que este hecho tiene a nivel político y social.