El amor regenera tu cuerpo

La llamada “hormona del amor”, la oxitocina, tiene el potencial de convertirse en el próximo remedio antienvejecimiento, al menos si se trata de evitar un inminente cambio fisiológico que se produce con la edad avanzada: la pérdida progresiva de masa muscular esquelética (“sarcopenia”). 

La oxitocina utilizada con fines terapéuticos para la regeneración de tejido es precisamente una línea de investigación en la que ha trabajado desde hace casi una década Irinia Conboy, profesora de ingeniería de la Universidad de Berkeley, en California. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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La llamada “hormona del amor”, la oxitocina, tiene el potencial de convertirse en el próximo remedio antienvejecimiento, al menos si se trata de evitar un inminente cambio fisiológico que se produce con la edad avanzada: la pérdida progresiva de masa muscular esquelética (“sarcopenia”). 

La oxitocina utilizada con fines terapéuticos para la regeneración de tejido es precisamente una línea de investigación en la que ha trabajado desde hace casi una década Irinia Conboy, profesora de ingeniería de la Universidad de Berkeley, en California. 

Esta hormona, conocida por sus efectos positivos en el parto, la conducta sexual y el estado de ánimo, está aprobada para uso humano por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés).  

En un estudio encabezado por Conboy, cuyos resultados fueron publicados en junio de este año en la revista científica Nature Communications, se observó, tras dos semanas, un aumento en la fuerza y el tono muscular en los ratones con edad avanzada –y bajos niveles de oxitocina– a los que se les inyectó esta hormona. 

“Las inyecciones subcutáneas de oxitocina a ratones viejos, lo que equivale a personas de 85 años de edad, mejoraron su reparación muscular, haciéndola similar a la de los animales jóvenes, equivalente a las personas de 20 años de edad”, explicó Conboy a la revista Pacific Standard.

En comparación con otras moléculas regeneradoras de tejido, la oxitocina “es una hormona fisiológica que no tiene efectos secundarias y no está asociada al cáncer”. 

Además de contribuir al desarrollo de músculo y aumentar la fuerza, esta hormona también puede ayudar a las personas a sanar de forma más rápida, lo que hace aún más atractivo su potencial terapéutico. 

“Con estudios adicionales en animales, la oxitocina potencialmente podría utilizarse para combatir el desgaste del tejido muscular causado por envejecimiento, enfermedades, inmovilidad, al igual que para el alivio de una cirugía mayor (…)” apuntó la autora. “También tenemos razones para creer que la oxitocina podría prevenir la osteoporosis y la obesidad”.

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