‘El arte se puede hacer sin depender del gobierno’

Preguntarse para qué sirve el arte y la cultura es un poco ofensivo, opina Sergio Zurita, ya que son parte esencial de la vida. Por ejemplo, la representación teatral viene desde que el hombre es hombre, así de necesaria era.

Zurita confiesa que no sabe nada y eso es una parte importante del ejercicio. Ya que a los actores se les entrega un guión en un sobre cerrado y sellado que tiene que ser abierto por primera vez cada noche sobre el escenario.

Las instrucciones se le hacen llegar a quien lo va a representar 48 horas antes de la función junto con una lista de indicaciones escritas por el autor. El texto le es entregado en el escenario en el mismo instante de la presentación.

Conejo Blanco, Conejo Rojo es una obra que solamente se puede hacer una vez y eso, si no la has visto, porque si ya la viste, tampoco puedes participar. La obra tiene un par de años, dos o tres. Estrenó en 2011 en el Summerworks Festival, en Canadá, y en el Fringe Festival, en Edimburgo, simultáneamente.

El montaje ha sido traducido a más de 20 idiomas y ha tenido más de mil representaciones. Algunos de los actores que han participado son John Hurt, Stephen Rea, Sinead Cusack, Marcus Brigstocke y Ken Loach. También Cynthia Nixon, Alan Cumming y Whoopi Goldberg, entre otros.

“Te piden no googlear nada, digo, ha pasado tanto tiempo desde que se estrenó, un par de años, que poco a poco te vas enterando de ciertas cosas, es decir, de que se sube el actor, le dan un sobre y lo abre y ahí están las instrucciones y supongo que el texto, eso lo leí en una reseña”, comenta el también conductor de radio.

Pero en concreto, lo que es Conejo Blanco, Conejo Rojo para Sergio Zurita “es un salto de fe” que se da confiando a ciegas en un autor que no conoce. Un salto al vacío para él y los espectadores, porque ellos también están poniendo su confianza en que todo salga bien. Es un riesgo de parte de todos.

“A Chumel Torres le dije ‘oye, me recomiendas hacerla’ y me dijo ‘no te la vayas a perder por nada”, recuerda el titular de Dispara Margot, dispara.

Al no saber de qué va el texto, Zurita no tiene forma de prepararse. Así que dice que llegará como Dios le dé a entender. Comerá relativamente temprano, bien, pero ligero. No beberá demasiados líquidos para no estarse orinando a media función, es decir, será una preparación como la de cualquier otra funcion de teatro, con la diferencia de que ahora no sabe nada.

“Cuando dije ‘va’, estaba muy de ‘ya, me urge, ahorita’ y después me puse sumamente nervioso, de ‘Dios mío, voy a fracasar’ y ahorita prefiero no pensar tanto en ello. Estoy relativamente tranquilo, vamos a ver qué pasa el día 13 y 14, a ver qué tal duermo. Por lo pronto, estoy tranquilo, ya veremos qué pasa conforme se acerque el día”, confiesa el actor

El poder del arte

Para Sergio Zurita, una de las labores principales del arte es trascender las fronteras, tal como lo ha logrado esta obra. Soleimanpour encontró, por ejemplo, a través de Conejo Blanco, Conejo Rojo, la manera de que su voz saliera de Irán a pesar de que él no podía hacerlo.

La experiencia de su aislamiento dio lugar a esta nueva forma de dramaturgia que una personalidad diferente comparte cada noche con el público, canalizando así la voz del autor.

“En Cuba, en un buen día clarito, un cubano podía o puede escuchar alguna estación de los Estados Unidos. En los años 60, un cubano me contó que escuchaba a Janis Joplin desde alguna estación de Miami y juraba que era negra.