Directamente hablando a la cámara, en español con acento argentino, sin titubeos ni dar rodeos en sus ideas, es como el Papa Francisco conversa en un testimonial donde se sincera sobre las problemáticas que perjudican al mundo de hoy, pero sin que esto sea un sermón dominical o de tedio para quienes pertenecen a otras corrientes de pensamiento que no sea el catolicismo.
Así es como el director alemán Wim Wenders se aproxima a las ideas que el jesuita quiere decirle a todo el mundo. Jorge Mario Bergoglio se convirtió en pontífice el 13 de marzo de 2013 y no tiene empacho en entablar un diálogo para decir que él no busca generar proselitismo, sólo quiere comunicar que el ser humano tiene capacidad de libertad para elegir el camino de la fe que más desee en su vida.
Con el documental Papa Francisco: Un hombre de palabra, se hace un recuento de los problemas mundiales en el presente, teniendo el comentario puntual del sumo pontífice en una serie de entrevistas que Wenders tuvo con él en el Vaticano.
“La Santa Sede me dejó muy claro que tendría carta blanca en el asunto y un acceso muy privilegiado a los archivos, además del corte final. Nos dejaron grabar sin interferir. Tuvimos cuatro largas entrevistas con el Papa Francisco, en cuatro tardes repartidas en dos años”, comenta Wenders, en un comunicado.
El realizador de películas como Las alas del deseo (1987) y Paris, Texas (1984) dramatiza en parte la vida de San Francisco de Asís, quien era conocido por abogar por la naturaleza y los pobres, para hacer una parábola de la benevolencia y caridad que el actual Papa tiene con la sociedad internacional.
En imágenes de archivo, que se entretejen en el filme de 96 minutos, se rescatan momentos donde Francisco visitó albergues de refugiados, el campo de concentración de Auschwitz, a enfermos en África, comunidades afectadas en Filipinas o de extrema pobreza en Brasil, entre otras.
Papa Francisco: Un hombre de palabra se estrena en México el día de hoy por Cinemex, después de haber tenido un recorrido en festivales internacionales, que inició en Cannes, en mayo pasado, donde Wenders estuvo nominado al Ojo de Oro, presea que se entrega exclusivamente a documentales.
“Pedofilia, tolerancia cero”
El catolicismo es conocido por sus abusos sexuales al interior de sus comunidades desde tiempos innumerables, recientemente se impulsó el hashtag #ChurchToo (La iglesia también), en Estados Unidos, para ventilar estos problemas.
Sobre las polémicas, Francisco es duro y frontal con Wenders, porque condena por completo los actos de perversión.
“Frente a la pedofilia, tolerancia cero, tanto dentro como fuera de la Iglesia”, dice el religioso mientras explica que es inaudito que un sacerdote aproveche que los infantes se acerquen al clero para encontrar respuestas y estos satisfagan sus placeres carnales.
Ante la crisis de refugiados que se vive en Siria, además de los millones de desplazados debido a la falta de derechos humanos en el mundo, el pontífice exhorta a los gobiernos a que no sean insensibles frente a esta situación.
Para refrendar la idea, Wenders rescata en su cinta parte del discurso que Francisco dio ante el Congreso de los Estados Unidos el 24 de septiembre de 2015, donde hizo un llamado a preservar la libertad y paz; esto ocurrió un año antes de que se suscitara la elección presidencial de Donald Trump.
En imágenes donde se ve al Papa convivir con migrantes desesperados por cruzar las fronteras para llegar a Lampedusa, Italia, se escucha su voz en el documental diciendo : “los muros no sirven, eso ya quedó demostrado en el siglo pasado, hay que construir puentes”, en referencia al amurallado que dividía Berlín.
Regreso al documental
Después de haber realizado los testimoniales Buena vista social club (1999) Pina (2011) y La sal de la tierra (2014), este último en conjunto con Juliano Ribeiro Salgado, Wenders tomó el ofrecimiento del Vaticano para hacer este largometraje y volver al género documental.
“Esta no es una película biográfica, es más como una biografía de sus ideas, es una película con él más que una sobre él”, reitera el director teutón.
El filme está narrado por Wenders en español, claramente se nota su acento alemán, pero esto le da un toque personal por parte del realizador, quien logró que Bergoglio se soltara ante la lente con un sistema que diseñó su equipo de producción, al que llamaron Interrotron, el cual permitía que el Papa viera directamente a la cámara, sin que Francisco viera el equipo.
No juzga la diversidad sexual
Aunque Francisco no lo dice directamente en entrevista, Wenders rescata un momento del 2013 cuando al Papa se le cuestionó acerca de lo que opinaba de la comunidad gay que quería acercarse a la Iglesia, a lo que él respondió: “¿quién soy yo para juzgarlos?”.
En un mundo de sordos
Francisco comienza diciendo que actualmente este es un mundo de personas que ya no prestan atención a sus semejantes, por lo que invita a sus propios curas a que escuchen mucho a sus comunidades y hablen sólo lo justo, para así comprender a los feligreses.