Al igual que una huella dactilar, tu ritmo cardiaco es único e irrepetible
Los datos e información de los usuarios valen oro. En la actualidad, leaks, hacks y demás filtraciones tienen a los gigantes de la tecnología de cabeza y a los usuarios pendiendo de un hilo cada vez que ingresan información importante en sus dispositivos y gadgets.
Si toda barrera de seguridad ha sido burlada y los hackers se han vuelto cada vez mejores, ¿cuál es la mejor solución?
La respuesta podría ser el proyecto Nymi, que consta de pulseras que reconocen los latidos del corazón de cada persona (usuario), y fungen como una contraseña única para tener acceso a servicios físicos y en línea.
Al parecer, nada es más seguro que el músculo vital para proteger la información. Este brazalete fue desarrollado por la empresa Bionym Inc., y su sistema funciona a través de sensores de electrocardiogramas que captan el ritmo cardiaco de la persona, que sirven para autentificar la identidad.
Los desarrolladores aseguran que la pulsera Nymi es incluso más precisa que las contraseñas faciales o táctiles. Ya que es necesario tenerla puesta para que se activen los sensores, tomando en cuenta que los latidos del corazón son únicos en cada persona.
Foteini Agrafioti, ingeniero de seguridad biométrica, dijo durante una conferencia en TEDMED, que “las contraseñas se rompen porque los hackers son sofisticados, pero también porque nosotros, como seres humanos son simplemente no estamos dispuestos a tomar precauciones ridículas para mantener nuestra seguridad”.
Una de las fallas que podría tener esta pulsera es que los latidos del corazón de las personas cambian debido a la edad o dependiendo de si realizó ejercicio, pero Karl Martin, Director Ejecutivo de Bionym, indicó que eso no será problema alguno.
Así funciona Nymi
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