El documental Fidel de cerca describe la vida personal del político cubano, con entrevistas a amigos y familiares cercanos a Fidel Castro.
Las primeras memorias de la infancia de Eduardo Flores Torres en el nicho familiar giran en torno a la política, ya que eso era el “pan de cada día”. Hablar de lo que pasaba en Latinoamérica y México fue una constante que, además, permeó en su desarrollo como persona.
La tendencia era clara, la izquierda era lo que predominaba para él y esto hizo mella para ser crítico de su entorno, de lo que se vivía en México, de cuestionar los discursos oficiales, no solo del Estado, sino de los mismos medios que podían tener intereses alineados al gobierno o, incluso, a la política exterior.
Cuba se volvió una mirada particular para él, comenzó visitándola en unas vacaciones, después, se volvió cercano al ámbito cinematográfico en La Habana, debido a su profesión como cinefotógrafo, lo que hizo que fuera un recurrente viajero a la isla que era comandada por Fidel Castro.
Ahí fue donde en 2015, Flores tuvo un arraigo mucho mayor con este país, porque deseaba indagar a fondo en lo que representaba la figura para Cuba y el mundo, pero, sobre todo, para quienes fueron cercanos a él. Así inició su proyecto documental Fidel de cerca.
“Cuando empezamos con el proyecto coincidió con un momento en que la familia se debatía sobre si abrir un poco más el trato personal de Fidel y que la gente conociera más de la persona y no sólo al superhombre vestido de verde olivo trabajando 24 horas al día”, describe Flores.
Al largometraje se sumaron Gabriel Beristain y Roberto Chile, quienes aparecen también con crédito de codirección en el documental. Entre los tres desarrollaron la producción de este ambicioso proyecto, porque en Cuba, la familia Castro y demás personajes políticos se encuentran blindados de la vida pública; además, les tocó la muerte del mandatario el 25 de noviembre de 2016.
“El proyecto se paraliza por más de un año, nadie sabía qué hacer (…) Finalmente, se desatoró el proyecto y motivados muy directamente por la viuda de Fidel, la señora Dalia Soto del Valle, pudimos avanzar y tuvimos acceso a muchos testimonios de personas que era la primera vez que hablaban frente a una cámara, además de a materiales audiovisuales y fotografías que eran de la familia, nadie había visto”, comparte el director, en videollamada con Reporte Índigo.
Fidel de cerca es un documental que se aleja de las polémicas, que muestra el lado humano de Castro, y que no busca generar contrastes entre el paradigma político de cómo él llevó el Estado cubano a una dictadura. Flores comenta que el valor está en las entrevistas y el material de archivo inédito.
“El valor académico y narrativo de la película es muy elevado, sin tener que recurrir a la fórmula fácil de contrastar el blanco y negro; claramente, la película refleja una posición de los realizadores de cómo vemos a Fidel, pero más allá de eso, la película intenta traer al público a que conozcan al personaje, no a que veamos más de lo mismo que está por ahí en otras partes mil veces”, subraya el documentalista.
Después de haber tenido su recorrido por festivales durante la pandemia, Fidel de cerca al fin se estrena en salas independientes en México y también comienza su circuito por los espacios de exhibición fílmica de la UNAM.
AMLO y Fidel Castro: Políticos diferentes
Fidel Castro se distinguió por estar cerca del pueblo, de recorrer la isla de punta a punta y tomarse el tiempo de convivir con los cubanos, además de ver por una reforma agraria que dejaba claro que la tierra es de quien la trabaja, lo que generó un sentido de pertenencia al país.
Estrategias similares utiliza Andrés Manuel López Obrador en su presidencia actual; sin embargo, pese a estas similitudes, el cinefotógrafo considera que son circunstancias y momentos políticos distintos los que atravesaron los mandatarios y esto los hace diferentes.
“El gobierno de Andrés Manuel hoy en día tiene muy claro su momento histórico, y el gobierno de Fidel lo tuvo también muy claro, y son momentos y contrastes completamente distintos. Fidel tiene sus méritos y errores sin duda, al igual que Andrés Manuel los suyos”, expresa.
Flores no está de acuerdo con que haya un paralelismo entre los gobiernos de Castro y López Obrador o que el actual Ejecutivo federal de México quiera emular lo hecho por el dictador, aunque sí observa que, entre ambas naciones, hay una larga tradición de cercanía y amistad, misma que se remonta hasta antes de la independencia de las dos.
“Los eventos más importantes en la historia de Cuba han pasado por México y viceversa, éramos dos provincias del mismo virreinato, entonces, la cercanía entre uno y otro es muy grande y esto refleja este sentimiento, tanto el pueblo mexicano es cercano al cubano y ellos hacia nosotros”, platica.
La visión extranjera: Lo que quedó fuera
El primer corte del documental duraba tres horas, pero los documentalistas estaban conscientes de que tenían que sacrificar tiempo y material para tener una duración convencional. Eduardo Flores comparte que dentro de lo que le hubiera gustado incorporar en el largometraje es la visión extranjera que se tiene de Cuba.
“Si pudiera hacer otra hora de este proyecto, a lo mejor agregaría mucho de lo que es la visión de Cuba y Fidel Castro desde el exterior, porque eso también agrega una polifonía muy rica e interesante de visiones y puntos de vista, vaya, el vaso es el mismo, pero depende del ángulo que lo veas”, dice el director.
