El futuro incierto de los Premios Fénix
La premiación a lo mejor del cine iberoamericano sigue sin definir si trabajará con presupuesto público y si realizará su sexta entrega a final de año; expertos en el tema explican la importancia de este galardón, pero también indican que podrían subsistir de fondos privados
Hidalgo NeiraEn 2013, Ricardo Giraldo y Rodrigo Peñafiel iniciaron Cinema23, plataforma para pulsar la creatividad latinoamericana, española y portuguesa en un sólo espacio, y darle vitalidad a los negocios fílmicos.
Con el surgimiento de dicha asociación, también llegaron los Premios Fénix, que a partir de ese año entregaron preseas a lo más destacado del cine de lenguas portuguesa y española.
Pero un lustro después, la incertidumbre llegó con la entrada del gobierno federal morenista, ya que los recursos culturales se vieron limitados y cortados para múltiples instancias, y los Fénix fueron parte de los perjudicados
“Como bien es sabido, ellos hablan de que las arcas quedaron prácticamente vaciadas por la administración anterior, cometieron muchos actos de corrupción, desvíos de dinero y demás, y ellos están tratando de cumplir con lo que les corresponde”, comenta Giraldo, director de Cinema23.
La entrega realizada con esfuerzos de la iniciativa privada y gubernamental, había contado con un presupuesto de 16 millones de pesos anuales, el cual recibieron por parte del Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México.
“Los Premios Fénix son un reflejo de lo que está pasando en la industria y en el país también, mi punto de vista es que es una zona gris, donde, por una parte, sí es importante que se revisen los presupuestos que vienen de los impuestos; pero por otra, hay una gran torpeza y falta de entendimiento sobre cómo funciona la industria y para que funciona cada uno de los festivales, premios o instituciones”, comenta Pedro Araneda, fundador y director de la Asociación Mexicana de Cineastas Independientes (AMCI).
Para la edición 2018 se pudieron reunir producciones provenientes de 22 países, previo a la ceremonia realizada en noviembre pasado, varios de los largometrajes llegaron a cines nacionales, con la esperanza de que fueran consumidos por los cinéfilos mexicanos.
“Premios Fénix, amén del reconocimiento, y a diferencia de otros premios, tienden redes colaborativas con miras a promover la producción audiovisual en todos los países involucrados. Tan sólo el año pasado, en nuestro país se produjeron poco más de 120 películas. ¿Cuántas de ellas llegaron a las pantallas?”, resalta Edui Tijerina, guionista de cine y televisión.
Cinema 23 comenzó a tener mesas de negociación con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México desde que anunciaron el cierre de los Fénix los primeros días de abril; al día de ayer, Giraldo esperaba una propuesta por parte del gobierno morenista para dar continuidad a la premiación, la cual al cierre de esta edición no llegó.
Giraldo resalta que el tiempo apremia, ya que de tener el incentivo, tendrían sólo cinco meses para hacer los Fénix, cuando la logística del evento demanda casi un año de preparación.
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Galardón iberoamericano, reflector a CDMX
Los Fénix desde su concepción han estado afincados en México, aunque su premiación abarca los talentos de España, Portugal y el resto de Latinoamérica; ante la pregunta de por qué el gobierno nacional debe apoyar a unos galardones que van más allá de lo local, Giraldo argumenta que hacen que la atención caiga sobre la capital del país.
“Todo el beneficio, que era lo que la ciudad pedía a cambio de promoción, difusión, visibilidad de la marca CDMX, de la ciudad en sí, de traer esa idea de que viene un montón de gente de alto perfil de otros países, a eventos culturales de alto impacto, sólo benefician a México. Es válida la pregunta, pero también hay que ver que se obtienen beneficios a cambio de eso”, asegura el director de Cinema23.
Giraldo opina también que es momento de que las demás naciones que se encuentran participando en Cinema23 se acerquen para gestionar la premiación y así establecer un esfuerzo internacional para la realización de los Fénix.
Voltear a ver el cine mexicano
Tijerina reconoce que la labor realizada por Cinema23 es titánica, ya que con un gremio de 700 creativos a lo largo de Latinoamérica, España y Portugal, se podía premiar por primera vez a los talentos de estas latitudes y no de una sola región
“Así, con el apoyo e imán de nombres de peso en diversas áreas de producción, tanto detrás de cámaras como enfrente, fueron apuntando a una meta compartida de alto valor: dar visibilidad y presencia a proyectos necesitados de ventanas como esa, exponiéndolos a los ojos del mundo y catapultándolos a espacios que, de otro modo, les sería difícil alcanzar”, agrega el guionista de Cantinflas (2014).
Además el creativo dice que actualmente en México, todavía los canales de distribución y exhibición de cine nacional son insuficientes, por lo que los Fénix destacaban por su labor.
“Muchas producciones quedan atoradas por falta de distribución y exhibición. De nada sirve hacerlas si luego no se venden”, explica Tijerina.
Solventar desde lo privado
Con 25 años de experiencia en formación académica de cineastas, Araneda ha solventado la AMCI desde el sector privado, por lo que comenta que los Fénix podrían sobrevivir de la misma manera.
“En la AMCI siempre hemos trabajado con empresas privadas que apoyan un proyecto cultural, pero que también es autosustentable como empresa privada; entonces, creo absolutamente que los Fénix sí tienen que recibir un apoyo como un patrocinador más, pero no sustentarse al 100 por ciento”, dice el productor.
Araneda, aparte de la premiación de Cinema23, cree que actualmente hay demasiadas muestras y festivales del séptimo arte en México, por lo que habría que cuestionar si estos realmente generan públicos, por lo que propone que se valore el destino de recursos públicos hacia estos proyectos.
“No todos los ciudadanos tenemos que pagar por todos los proyectos culturales. Lo que se tiene que hacer es una valoración mercadológica cultural, en donde se valore cuáles deben de existir y con cuánto se deben de apoyarlos”.
Apoyos gubernamentales, sin rumbo
Para Ricardo Giraldo, este país no tiene, ni cuenta, con los mecanismos para crear empresas culturales, por ende, todas las iniciativas culturales necesitan tener un apoyo estatal.
Tijerina opina que no se trata de apoyar a muchos o a pocos, lo que se debe hacer es otorgar presupuestos a los sectores culturales que estén dando resultados.
“En los casos de la promoción de producción, distribución, exhibición y reconocimiento de trabajos cinematográficos, se deben contemplar y tener muy en cuenta el poder de convocatoria y el impacto”, asegura el guionista.
De no obtener el presupuesto que los Fénix necesitan por parte del Estado, Araneda dice que habría que ver a dónde se iría ese recurso, pero recalca que los premios sí son necesarios.
¿Favoritismo charolastra?
Cuando se anunció que los Fénix cancelaban su edición 2019, Diego Luna y Gael García Bernal fueron parte de las figuras artísticas que salieron en redes sociales para lamentar el suceso; casi de inmediato, las autoridades gubernamentales se pusieron en contacto con Cinema23 para mediar la situación, Araneda observa que el peso de las celebridades ayudó para que hubiera una mesa de diálogo.
“Muchas veces el mismo gobierno se ve apantallado por las estrellas, pero hay muchos promotores culturales que tienen mucho valor en los proyectos que hacen y la sufren un poquito; definitivamente lo que se tiene que hacer aquí es encontrar un balance y valorar el proyecto como tal, no sólo a las personalidades que lo apoyan”.