El mundo rumbo a la demencia
El aumento de la esperanza de vida a nivel global cobrará factura. Estamos viviendo más, sí, pero entre los costos a pagar por el envejecimiento de la población mundial está el deterioro de la salud mental de los adultos mayores, el grupo más vulnerable ante dicho cambio demográfico.
De acuerdo a un informe publicado por la organización Alzheimer's Disease International (ADI), dado el aumento en la esperanza de vida, los casos de personas que padecen demencia en el mundo se triplicarán para el año 2050.
Eugenia Rodríguezhttp://www.youtube.com/watch?v=LJGcOZ22GJ0
El aumento de la esperanza de vida a nivel global cobrará factura. Estamos viviendo más, sí, pero entre los costos a pagar por el envejecimiento de la población mundial está el deterioro de la salud mental de los adultos mayores, el grupo más vulnerable ante dicho cambio demográfico.
De acuerdo a un informe publicado por la organización Alzheimer’s Disease International (ADI), dado el aumento en la esperanza de vida, los casos de personas que padecen demencia en el mundo se triplicarán para el año 2050.
El reporte titulado “The Global Impact of Dementia 2013-2050” indicó que actualmente se han registrado 44 millones de casos de enfermedades neurodegenerativas que llevan a la demencia, de las cuales 38 por ciento pertenece a países ricos.
Se prevé que para el 2050 existan 135 millones de casos de personas con demencia.
Pero los países en vías de desarrollo –especialmente África y el sudeste de Asia– se verán más afectados, concentrando 71 por ciento de personas con padecimientos caracterizados por el deterioro progresivo de las funciones cerebrales, como la memoria y el lenguaje.
La demencia “es una epidemia global que solo va a empeorar”, señaló Marc Wortmann, director ejecutivo de ADI. “Si miramos hacia el futuro”, agregó, “el número de personas mayores afectadas aumentará drásticamente”.
Y la mayoría de los países no cuenta con un plan nacional integral –que involucre a los sectores gubernamentales, la industria sanitaria y la sociedad civil– para hacer frente a dicha epidemia, enfatizó el informe.
Por su parte, Jeremy Hughes, director ejecutivo de la Sociedad de Alzheimer del Reino Unido, advirtió que la demencia “se está convirtiendo rápidamente en el mayor reto de esta generación en cuestión de salud y asistencia social”.
“Intervenir a tiempo puede retrasar el comienzo de desarrollo del Alzheimer en cinco años y reducir a la mitad el número de personas que mueren con la enfermedad. Esto cambiaría la vida de millones de personas”, subrayó Hughes.
Rebecca Wood, directora de Alzheimer’s Research UK, dijo que “una intervención para retrasar la aparición del Alzheimer –la forma más común de la demencia– por cinco años podría reducir a la mitad el número de personas que mueran con esta enfermedad, lo que impactaría de forma significativa en la vida de millones de personas”.
¿Qué es la demencia?
La demencia no es una enfermedad per se, sino un grupo de síntomas propios de diversas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y la demencia vascular o multiinfarto –la segunda causa de demencia en personas mayores de 65 años después del Alzheimer–, que es causa de accidentes cerebrovasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la demencia como “un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal”.
En este sentido, “(…) la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio” se ven seriamente afectadas. Las personas se ven imposibilitadas de realizar actividades cotidianas.
Estos daños en la estructura y en las funciones del cerebro hacen de la demencia una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo y una prioridad de salud pública para la OMS.
Demencia en México
A decir de un estudio publicado este año en la revista Salud Mental del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF), en México, la Demencia Tipo Alzheimer (DTA) afecta al 35 por ciento de la población de 65 años de edad y es la cuarta causa principal de muerte en el país, después de las enfermedades del corazón, cáncer y diabetes.
La DTA suele aparecer aproximadamente a los 55 años de edad, “con una pérdida progresiva de la memoria, cambios en la personalidad y comportamiento desinhibido”, apuntó el estudio que observó las alteraciones en el sueño en pacientes con este tipo de demencia.
En estos pacientes también “se alteran funciones cognitivas, como el lenguaje, el pensamiento abstracto, así como el reconocimiento de personas y lugares”.
Otro estudio encabezado por el INPRF reveló que en personas que rebasan los 65 años, las tasas de prevalencia de la enfermedad de Alzheimer es de 5 y 8 por ciento, mientras que en pacientes mayores de 75 años este porcentaje es de 15 a 20 por ciento.
Aquellos cuya edad es mayor a los 85 años, la tasa de prevalencia es de 25 a 50 años.
Nada alentador si se considera el envejecimiento demográfico que se avecina en el país. El Consejo Nacional de Población (Conapo), estimó que para el 2050 habrá 34 millones de personas de la tercera edad en México.
Para ese mismo año, la esperanza de vida promedio a nivel nacional será de 79.42 años. Actualmente es de 74.5 años.
Cerebro sano en mente ocupada
El informe de la Alzheimer’s Disease International (ADI) señaló que, para mitigar la futura escala de la epidemia de la demencia, se deben priorizar medidas de salud pública y del control del deterioro cognitivo dirigidas al sedentarismo, la obesidad, la hipertensión y el tabaquismo.
También se mencionó el factor de la educación, aunado a la práctica de actividades que contribuyan a estimular el desarrollo cognitivo, así como a mejorar la salud mental de quienes se acercan a la tercera edad. En sintonía con el llamado concepto de “reserva cognitiva” o “reserva cerebral”, que se refiere a la capacidad de tolerar las lesiones cerebrales relacionadas con la edad, sin desarrollar síntomas clínicos de alguna enfermedad.
Esta reserva cognitiva “explica por qué las personas con mayor coeficiente intelectual (CI), nivel de educación o con más ocupaciones profesionales tienen menores riesgos de desarrollar demencia, enfermedad de Alzheimer o demencia vascular”, según un estudio del 2012, publicado en PLoS ONE.
En otro estudio publicado este año en Neurology, se reveló que las personas que hicieron actividades que ejercitan al cerebro (leer, por ejemplo), tuvieron un deterioro cognitivo hasta 32 por ciento más lento.
Robert Wilson, neuropsicólogo de la Universidad de Rush y autor de la investigación, dijo a TIME que lo importante es llevar a cabo actividades que se disfruten y que se realicen de forma constante. “Lo importante es mantener el cerebro mentalmente estimulado”.
Pero los hallazgos de un estudio realizado a lo largo de 35 años por la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido, indicaron esta semana que la práctica de actividad física durante el transcurso de la vida es clave para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
Otros factores propios de un estilo de vida saludable, como no fumar, una buena alimentación y un bajo consumo de alcohol también jugaron un rol importante, pero el ejercicio fue crucial para que las tasas de deterioro cognitivo disminuyeran 60 por ciento.