Verdad y puntualidad son las palabras que han caracterizado a los críticos de arte desde su aparición en la escena en el siglo XIX; sin embargo, eso ha ido modificándose. Ahora tienen un mundo repleto de escándalos y menos oportunidades para expresar sus opiniones.
De acuerdo con el curador de arte Irving Domínguez, aunque las tareas de los críticos siguen siendo escribir, llegar al público y generar un diálogo para conservarlo, estos deberes pueden dificultárseles, ya que en la actualidad no ha sido tan valorizado su papel en el mundo del arte, o al menos no a quienes lo hacen con franqueza
Para el curador, la imagen de los críticos se desvalorizó y entró en crisis cuando los curadores aparecieron e intentaron tomar su trabajo, el del diálogo uno a uno con los artistas.
“En la historia hubo un cambio desde que los artista comenzaron a tener un diálogo mucho más franco con los curadores, en comparación con los críticos de arte, que tenían una posición de jerarquía; anteriormente el crítico tenía una posición ligeramente más alta que el artista”, explica Domínguez.
Según destaca el curador en entrevista, la crítica, en lugar de tomarse como un temor a nivel público, debe verse como un evento natural, como un ejercicio no sólo de las artes, sino de toda la actividad del humano, un espacio libre.
En ese sentido, para la historiadora de arte Marisol Argüelles, los críticos deben observar y hablar de una pieza o un museo a través de múltiples herramientas históricas, intelectuales y, sobre todo, teóricas, con el fin de aproximar al público y a los directores de museos a lo que verdaderamente es una obra.
“(Los críticos) tienen una enorme responsabilidad, debido a que lo que opinan es una opinión de valor, deben ser personas muy responsables, que ofrezcan verdaderos elementos y herramientas para facilitar las cosas (…) No son sólo historiadores del arte, ayudan desde otras disciplinas, como la Filosofía y la Sociología”, dice Argüelles, en entrevista con Reporte Índigo.
Los actos no bien vistos en los críticos de arte
A la fecha, los críticos han estado luchando por visibilizar su trabajo, pues desde que fueron apagándose los medios que emitían sus opiniones, su labor ha ido desfavoreciéndose. Desde esa perspectiva, la también directora del Museo Mural Diego Rivera, Marisol Argüelles, comparte que lo peor que se podrían hacer para llamar la atención sería un acto no ético.
Explica que cada profesionista tiene una labor que debe llevar a cabo de la mejor manera posible, pero cuando un crítico decide faltarle a su carrera y a su nombre al desfavorecer a otros y al protagonizar un espectáculo, es lo menos que puede hacer.
Si vas a dotar al público de posturas, lo tienes que hacer con la responsabilidad que merece el caso, se debe intentar ser lo más objetivo posible dentro de la subjetividad
Por su parte, el curador Irving Dominguez añade que aunque los escándalos reflejan la peor faceta de un crítico, esto no es nuevo, ya que desde el siglo XIX las burlas y las humillaciones contra el artistas fueron mal vistas.
En el caso de violentar una pieza por parte del crítico, el especialista comparte que ese hecho no sería sólo culpa del crítico en el momento de la visita, sino de la galería o museo que presentó el producto, pues no previó dicho inconveniente.
Domínguez sugiere que en las exposiciones haya más equipos de seguridad que protejan las obras a toda hora, así como una respuesta asertiva por parte de la galería o museo, ya que hay casos en los que se revela que el recinto no estaba preparado para una situación similar.
“No es que el crítico haya hecho algo correcto, sino que surgen preguntas, como ¿Por qué no había vigilantes o personal suficiente para prever un accidente parecido? ¿Por qué no se utilizó una mayor cantidad de vigilancia?”, cuestiona el curador.
La crítica debe verse como un evento natural, como un ejercicio no sólo de las artes, sino de toda la actividad del humano
Según distingue el especialista, nadie se libra de un incidente en el campo del arte, en ninguna parte del mundo, lo único que resta hacer es tomar en cuenta las medidas indicadas y más precisas para que se evitan actos no esperados.
