El plástico también engorda

Cuando se habla del factor ambiente como uno de los responsables del problema de obesidad, no estaría de más considerar el plástico policloruro de vinilo (PVC).

Sí, la exposición a compuestos químicos de ese material omnipresente en la vida cotidiana, utilizado en botellas de agua, juguetes, marcos de ventanas y tuberías, por ejemplo, podrían conducir al aumento de grasa corporal en las personas, según un estudio de la Universidad de California, en Irvine.

Cuando se habla del factor ambiente como uno de los responsables del problema de obesidad, no estaría de más considerar el plástico policloruro de vinilo (PVC).

Sí, la exposición a compuestos químicos de ese material omnipresente en la vida cotidiana, utilizado en botellas de agua, juguetes, marcos de ventanas y tuberías, por ejemplo, podrían conducir al aumento de grasa corporal en las personas, según un estudio de la Universidad de California, en Irvine.

En el estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, ratones preñados fueron expuestos a una sustancia tóxica con olor similar al de la gasolina encontrada en el PVC, conocida como tributilestaño (TBT) –en concentraciones similares a las que se encuentran en el medio ambiente, que se utiliza en pinturas desincrustantes para prevenir que vida marina se adhiera a los cascos de los 
buques.

En este caso, los seres humanos también corren el riesgo de exponerse al TBT, si ingieren, por ejemplo, mariscos que han sido contaminados por este compuesto; también se han encontrado niveles importantes de TBT en polvo doméstico.

Los investigadores observaron un aumento de grasa corporal, grasa en el hígado y en la expresión génica en los “hijos”, “nietos” y “biznietos” de las ratas, a pesar de que ninguno de estos había sido expuesto a la sustancia química.

A decir del docente de ciencias farmacéuticas y de biología celular y evolutiva Bruce Blumberg, quien encabezó el estudio, los hallazgos dan cuenta de que la exposición temprana a interruptores endocrinos (o compuestos químicos que alteran el sistema hormonal) como el TBT, puede traer consigo efectos permanentes en la acumulación de grasa, incluso sin una exposición adicional al paso de los años.

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