El gobernador de California, Jerry Broen, firmó el domingo la primera ley sobre consentimiento positivo en Estados Unidos, después de meses de presión de activistas que protestaban por la forma en que las universidades manejan los casos de violación.
“El consentimiento puede ser expresado como un ‘sí’ verbal o expresado de manera no verbal, pero la ausencia de resistencia u objeciones no puede ser considerado consentimiento”, escribe Ian Lovett en The New York Times. Y California está de acuerdo.
La nueva legislación cambia el concepto de “No significa no” como el criterio a seguir, que obligaba a las víctimas a probar que no habían consentido al acto sexual, por la idea de “Sí significa sí”, que busca priorizar un consentimiento entusiasta y explícito antes de concretar la relación.
En el texto de la ley, se define consentimiento como “un acuerdo afirmativo, consciente y voluntario para involucrarse en una actividad sexual” que debe quedar claro, aunque no sea de forma verbal. Además, especifica que una persona acusada de violación no puede alegar que la víctima dio su consentimiento mientras estaba bajo la influencia del alcohol o las drogas, o mientras estaba dormida.
En cuanto a los procesos dentro de las universidades, la legislación es clara en los pasos que deben seguir, y establece qué servicios de orientación y médicos deben estar a disposición de las víctimas.
La regulación es especialmente importante al tomar en cuenta que 20 por ciento de las estudiantes universitarias de Estados Unidos reportan haber sufrido algún tipo de hostigamiento, acoso o abuso sexual, de acuerdo con la Casa Blanca. Sin embargo, no todos están de acuerdo con la medida.
Rush Limbaugh, conductor estadounidense conservador, aseguró que esperar un sí expreso “le quita el romance a todo”, y críticos del ámbito académico temen que facilite las falsas acusaciones y provoque cambios drásticos en la vida de acusados inocentes.