El suicidio no es un tema que deba tomarse a la ligera, ni por la sociedad ni mucho menos por parte del gobierno, ya que la estabilidad física y psicológica de la ciudadanía lleva a la nación a un desarrollo pleno.
Pero en México, al parecer esa postura en pro de la salud social no sobresale. En el Primer Informe de Gobierno, recientemente presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se detallan aspectos de salubridad a atender de manera urgente, pero el suicidio no es uno de ellos, ya que no se menciona en las páginas correspondientes.
En el Informe gubernamental, entre los temas a atender en el campo de la salud aparece el embarazo, las enfermedades crónicas, el VIH y la violencia a las mujeres por parte de hombres, género que, de acuerdo con las estadísticas, presenta los niveles más altos de suicidio, pero el Ejecutivo no los mencionó.
Hasta ahora, dentro de la administración obradorista no existe un plan nacional especializado en la atención del suicidio, contrario a otros temas de atención social, como lo son la salud reproductiva, enfermedades crónicas y el VIH.
El año pasado, en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicido, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó que de los seis mil 291 actos de suicidio cometidos en 2016, cinco mil 116 fueron protagonizados por hombres.
El doctor en Psicología Emiliano Villavicencio Trejo, de la Universidad La Salle, asegura que el apoyo gubernamental en el tema del suicidio debe ser elemental hoy más que nunca, ya que se ha comprobado que en épocas de otoño e invierno los suicidios despuntan con respecto a los registrados a lo largo del año, y evidentemente el género masculino lo lidera, principalmente los jóvenes.
El Inegi puntualiza que los jóvenes de 15 a 19 años de edad son el sector de la sociedad que más atenta contra su vida, con el 9.5 por ciento.
El académico explica que una de las razones por las cuales los hombres presentan altos niveles de suicidio mayor a los de las mujeres es que no saben cómo resolver tan fácilmente un problema económico o social, y deciden tomar el camino rápido.
Lee: Suicidios: cruda realidad
Al respecto, comenta que una de las medidas que debería tomar la administración es establecer un ambiente social, político y económico de tranquilidad, con el fin de no generar caos y antecedentes catastróficos.
“Hay incertidumbre entre algunos de los ciudadanos con respecto a los cambios que se están llevando a cabo en esta administración, así que deberían mandar un mensaje de paz, de que la transición o los cambios nos van a llevar a un buen camino”, detalla Villavicencio Trejo.
Por otra parte, en entrevista con Reporte Índigo, el catedrático comparte que es imprescindible que haya, por parte del gobierno federal, un programa importan-
te de prevención del suicidio, así como una campaña que emerja de la Secretaría de Salud sobre políticas de cuidado y preventivas.
También es esencial, agrega el doctor en Psicología de La Salle, la existencia de campañas implementadas en los centros de salud, en hospitales y escuelas cuyo mensaje sea de tranquilidad, de acompañamiento y sobre todo de la certeza de que se están tomando acciones en beneficio del ciudadano.
La importancia de no perderlos de vista
Detectar a una persona que va a cometer suicidio no es fácil. Aunque la sociedad ha encasillado a la gente con un perfil descuidado y depresivas como próximas a atentar contra su vida, en realidad no es así siempre.
Una persona completamente estable, tanto física como psicológicamente, de un día para otro puede decidir terminar con su vida al presentársele una crisis psicótica, la cual puede surgir por un mal manejo de situaciones personales, culturales o sociales.
Como no existen aspectos de la personalidad que alerten a la sociedad de que una persona está en transición de cometer suicidio, el doctor Emiliano Villavicencio Trejo detalla que es importante conocer las fases del suicidio.
“La primera es que la persona presentará idealización suicida, pensará y expondrá un método muy elaborado para quitarse la vida, no lo tomará a la ligera; después vendrá el intento suicida, un punto en el que la familia y amigos del involucrado no deberán quitarle los ojos a la persona, ya que hay un alto riego de que lo volverá a intentar; y la última fase es el suicido, donde ya no se podrá hacer nada al respecto”, sintetiza Villavicencio Trejo.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es importante no minimizar, aún cuando no haya índices de suicido, el tema de quitarse la vida, pues es importante hablarlo en la escuela y entre los miembros de la familia y no dejarlo como un tema tabú.
“Si localizamos dentro del hogar a un integrante que tiene estas ideas recurrentes de planificar un suicidio, no hay que dejarlo pasar. Pensar que está pasando por un momento de depresión que dejará el día de mañana, o que si salimos al parque o de vacaciones va a olvidarse de estas ideas, no es lo correcto. Hay que prestar atención a ello”, menciona el doctor.