En esta esquina…

Duelo de héroes, poderes, fórmulas, presupuestos, críticas y el público. Mientras una parte de los espectadores se centra en la veracidad y autenticidad de la trama –respecto a los cómics originales–, la otra está a la expectativa de que en el debut de la Liga de la Justicia en la pantalla grande se superen los resultados de la desangelada “Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia” (2016) y de la duramente criticada “Suicide Squad”, de ese mismo año.

Y es que actualmente las ligas, sagas, reboots y adaptaciones de superhéroes están optando por fórmulas modernas en las que en lugar de enfocarse en las capacidades y transformaciones (de humano a “superhumanos”), se centran en problemáticas con guiones exclusivamente pensados en el tono audiovisual.

The Avengers enfatizó el elemento de comedia en sus héroes y ahora tanto Iron-Man, como Spider-Man y Thor tienen líneas sarcásticas en plena acción (o hasta cuando están en aprietos por obra de los villanos). Ya no son simples justicieros, son personajes que buscan entretener con gestos, frases y hasta burlas sobre sus compañeros vengadores.

El drama sobre el origen de sus superpoderes pasó a segundo plano para en su lugar enfocarse en lo que significa utilizarlos.

“Liga de la Justicia” tiene el propósito de ser, como dice la canción de Daft Punk, “Harder, Better, Faster, Stronger” (Más dura, mejor, más rápida y más fuerte, en inglés), sobre todo porque combina la ingenuidad de un joven Flash, con la fuerza de la amazónica Mujer Maravilla, la oscuridad de Batman y la presentación de Cyborg y Aquaman.

Hasta ahora, la crítica ha sido ambigua y destaca por definir a este blockbuster como “mejor que ‘Batman vs. Superman: El Origen de la Justicia’, pero no tan comercialmente rentable y exitosa como ‘Wonder Woman’”, que fue la viral sorpresa de este verano.

Sin caer en los molestos spoilers, esta cinta tiene más luz que su antecesora del universo de DC, pero tiene “parches” en la trama que la hacen un compendio que no profundiza pero tampoco se arriesga en la vida de cada personaje.

Ni se inclina hacia la acción, pero tampoco en la mera diversión, mucho menos en la clásica batalla del bien contra el mal. Todo por encima.

Como en toda película sobre un justiciero o una liga, el buen hilo conductor es la banda sonora, que en esta ocasión corre a cargo del legendario Danny Elfman, quien para apelar a la nostalgia y al culto incluyó el tema principal que compuso para “Batman” (1989), por el que obtuvo un Grammy.

También hace cierto homenaje sonoro al tema de Superman creado por John Williams, para la película de 1978.

Universos, sagas  y problemas

El problema de tener ligas y universos cinematográficos es que las apuestas pueden ser sumamente descabelladas… o sumamente exitosas.

La Monster Legacy de Universal Studios marcó una era en el séptimo arte desde 1920 hasta 1950.

A la fecha, los monstruos de este legado como la Momia, el Hombre Lobo, Frankenstein, Drácula y el Hombre Invisible han servido de inspiración para cintas.

De hecho Universal Studios planeaba lanzar el Dark Universe, una versión moderna de esta “liga” de monstruos que se quedó en pausa tras el estreno del accidentado reboot de “La Momia” este mayo y después de que Alex Kurtzman y Chris Morgan renunciaran al proyecto.

El icónico estudio cinematográfico aún tiene la mira en la realización de este legado, pero lo hará hasta que “se logre la mejor versión de cada historia”.

A diferencia de Disney-Marvel y DC Comics, Universal Studios sí escuchó a la crítica y tomó en cuenta los “abucheos” del público y se detuvo en el camino. Independientemente de lo comercialmente rentable que pueda ser una película, no se pueden crear legados de héroes o monstruos sin la certeza de que se pueda convertir en uno.

Héroes  y cameos

“Thor:Ragnarok” es una de las películas de superhéroes que modificó su esencia y se volvió más interactiva y graciosa. E incluye la estrategia de tener el cameo de un personaje (Hulk) que refuerce al protagonista y el entramado de la saga.