Para el pueblo huichol, originario de México asentado en las sierras de Nayarit, Jalisco, Zacatecas y Durango, consideran que las deidades y la humanidad deben trabajar en conjunto para mantener el orden del cosmos y evitar las enfermedades o los desastres naturales.
Por ello, ofrecen diversos tipos de ofrendas o “juguetes” a los dioses, los cuales les sirven de materia prima y ayuda para su ejercicio continuo. Estos objetos tienen dos finalidades, por un lado, buscan divertir y alegrar a los dioses; y por el otro, son la representación de las peticiones del pueblo y un recordatorio de que deben seguir realizando sus funciones.
Lo anterior se muestra en la exposición Los juguetes de los dioses: simbología y transformación del arte wixárika o huichol, inaugurada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, y que es resultado de 50 años de investigación y colaboración con la comunidad wixárika de Marina Anguiano, especialista de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH.
La muestra reúne juguetes metafóricos, como las flechas decoradas que se obsequian al dios Sol o Tawexíka, que emite sus rayos en forma de flechas que dispara a la Tierra; los tsikuri o “visión mágica”, mal llamado “ojo de dios”, rombos de estambre que representan la visión del cosmos y sirven como protección; los nierika, figuras e imágenes de diferentes tipos decorados con estambre o chaquira que simbolizan aspectos del mundo sobrenatural; y los xukúri, jícaras rituales, también decoradas con estambre o chaquira, que ilustran los árboles genealógicos.
A partir de las piezas se reflexiona también sobre el cómo, desde hace aproximadamente 50 años a la actualidad, estas expresiones se han transformado de un carácter ritual y ceremonial, a una manifestación artística, e incluso, de uso cotidiano.
Los juguetes de los dioses: simbología y transformación del arte wixárika o huichol, colección Marina Anguiano, se presenta en la Sala Segundo Nivel del Museo Nacional de las Culturas del Mundo, ubicado en la calle de Moneda número 13, Centro Histórico, a una cuadra del metro Zócalo.