La semana pasada, John Cannarella y Joshua A. Spechler, investigadores del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la Universidad de Princeton publicaron un estudio que revela que Facebook podría perder 80 por ciento de sus usuarios entre 2015 y 2017.
Ahora, los especialistas en análisis de datos de la red social respondieron sarcásticamente a través de un informe que concluye que la institución académica se quedará sin alumnos para el año 2021.
En el informe, titulado “Desacreditando a Princeton”, los expertos señalan que “utilizaron la misma metodología robusta” que fue empleada en el estudio que realizaron los investigadores.
“Siguiendo el principio científico ‘correlación es igual a causalidad’”, escribieron los analistas, “nuestra investigación demuestra inequívocamente que Princeton podría estar en peligro de desaparecer por completo”.
Al observar los “Me gusta” que tiene la Universidad de Princeton en Facebook, en comparación con las también prestigiadas universidades de Harvard y de Yale, los especialistas de la red social apuntan a una “tendencia alarmante”: no solo goza de menos “Me gusta” que sus rivales, sino que, a partir del 2009, el porcentaje de publicaciones de Princeton en revistas académicas ha disminuido de forma “dramática”.
Los datos obtenidos de Google Trends fueron presentados en distintas gráficas.
Además, el número de búsquedas en Google sobre la Universidad de Princeton también ha ido en picada.
“Esta tendencia sugiere que Princeton solo tendrá la mitad de su matrícula actual en el 2018 y para el 2021 el número de alumnos será nulo”, afirmó la popular red social.
El tono de la respuesta que Facebook lanzó al razonamiento y las conclusiones del estudio de la Universidad de Princeton se mantuvo irónico a lo largo del contenido.
“Aunque estamos preocupados por la Universidad de Princeton, nos consterna aún más el destino del planeta. La búsqueda en Google del término “aire” también ha disminuido de forma continua y nuestras proyecciones muestran que para el año 2060 no quedará aire”.
Los autores cerraron el informe aclarando que, como científicos de datos, “queríamos recordar de forma divertida que no todas las investigaciones se desarrollan igual y que algunos métodos de análisis llevan a conclusiones muy disparatadas”.