Fallece Vicente Rojo, exponente del abstraccionismo en México, a los 89 años de edad

Vicente Rojo colaboró en la fundación de editoriales, suplementos culturales y otras publicaciones que definieron la vida cultural de México
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El artista visual y diseñador gráfico, considerado uno de los principales creadores de su generación en México, Vicente Rojo Almazán, falleció hoy a los 89 años de edad en la Ciudad de México, así lo dio a conocer El Colegio Nacional, institución de la que formaba parte desde 1994.

El artista nació el 15 de marzo de 1932 en Barcelona, ciudad en la que hizo estudios de escultura y cerámica. En 1949 llegó a México, donde estudió pintura y tipografía, realizando durante más de 50 años una extensa obra como diseñador gráfico, pintor y escultor. Además, colaboró en la fundación de editoriales, suplementos culturales y otras publicaciones que definieron la vida cultural de México en la segunda mitad del siglo XX.

Rojo perteneció al grupo de artistas denominados de ruptura, aunque él se consideró “de continuidad”; renovador de la forma y del color, hizo variantes de un mismo tema y logró en toda su obra una similitud que al mismo tiempo presenta diferencias; como editor contribuyó a la calidad de la industria editorial mexicana y creó con sus discípulos la más original generación de diseñadores.

Le han sido otorgados el Premio Nacional de Ciencias y Artes, el Premio México de Diseño, y la Medalla al Mérito en las Bellas Artes (España). En 1992, la Asociación Internacional Icograda le otorgó el premio de Excelencia en Diseño Gráfico, y en 1993 fue designado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte. En 1998 la UNAM le otorgó el doctorado honoris causa.

A lo largo de su carrera, el artista presentó numerosas exposiciones individuales y participó en incontables muestras colectivas en todo el mundo. Recintos como el Museo Universitario de Ciencias y Arte, la Universidad de Texas, el Museo de Arte Carrillo Gil, la Tecla Sala, el Círculo de Bellas Artes y el Museo José Luis Cuevas, entre otros espacios, han albergado su obra.

A partir de 1980 comenzó a alternar la pintura con la escultura, en un intento por enriquecer su trabajo, en cuyo centro alienta la intención de reflejar, “como en un juego de espejos, dos soledades, la del creador y la del posible espectador”.

Su pintura se ha agrupado en cinco series principales: Señales, en la cual trabajó con formas geométricas básicas; Negaciones, surgida de su intención de que cada cuadro negara al anterior y al que le seguiría; Recuerdos, nacida de su intento de abandonar una infancia difícil; México bajo la lluvia, concebida un día que vio llover en Tonantzintla, y Escenarios, compuesta de miniseries y que es un repaso de sus temas anteriores y una suma de los mismos.

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