Con la primera edición de Feria de la Acción, creativos emergentes nacionales y del resto del mundo se reunirán en la exfábrica de harina.
En el cruce de las vías del tren de la Terminal Tacuba, entre los límites de la alcaldía Azcapotzalco y Miguel Hidalgo, está un gran inmueble que duró en abandono una década, tiempo en el que los graffitis le dieron una atmósfera de clandestinidad.
Ahí, donde alguna vez hubo un molino de trigo, ahora se revitaliza el concepto de lo artístico y lo social en un espacio que se convirtió en un centro cultural.
Después de meses de gestionar y pensar en un concepto distinto para el inmueble, Natalia Vargas, Jorge Rosano Gamboa y Roberto Flores le dieron forma a un proyecto de autogestión artística, así lograron la Feria de la Acción, que es paralela a la autodenominada Semana del Arte 2020 en la Ciudad de México.
“¿Por qué no existía todavía un proyecto donde la feria estuviera enfocada en los procesos de crear la obra? Casi siempre cuando vas a un lugar a ver arte, dígase museo, galería o feria, normalmente ves un producto terminado; era una pregunta que teníamos y justamente pensamos que era una necesidad, al ser la mayor parte de nosotros artistas”, comenta Rosano Gamboa, en entrevista con Reporte Índigo.
Esta muestra artística se realizará para fomentar la creatividad tanto local como internacional, teniendo como invitados a 32 artistas que producirán obra in situ, mientras que 14 más llevarán parte de sus piezas para venderlas.
“Son artistas que trabajan desde distintas plataformas y medios, tenemos gente que hace escultura, performance, instalación y todos los procesos van a ser durante la Feria. Por ejemplo, Edgar Solórzano, miembro del programa artístico Cobertizo, hará una pieza en concreto que desarrollará y construirá a lo largo de los días y al último la va a fraguar”, agrega Flores.
Para poder solventar y tener este encuentro artístico, el equipo organizador recurrió a fondos privados, pues, admiten, actualmente es más difícil aspirar a recursos gubernamentales, por lo que la Feria funciona a partir de donaciones.
“No tenemos ningún apoyo del gobierno, sino donadores hormiga que nos han apoyado e impulsado, porque creen en el proyecto, pero no tenemos tampoco una empresa o alguien que nos respalde”, admite Vargas.
Los organizadores declaran que la logística y producción les ha costado poco más de un millón de pesos, por lo que esperan que esta primera edición logre permear en la sociedad para regresar el próximo año.
Democratizar y descentralizar el arte en la Feria de la Acción
Entrar a un museo, acercarse a quienes generan obra y aspirar a conocer del mundo del arte es un rubro cultural que se vuelve clasista en muchas ocasiones, por lo que los promotores de Feria de la Acción siempre tuvieron en mente dar democracia a esta muestra.
“Nos era importante democratizar el acceso a las experiencias artísticas, es por eso que a los artistas no les cobramos, y quien esté interesado en venir a ver la feria puede poner una donación de las capacidades económicas que ellos decidan”, dice Flores.
Rosano Gamboa recuerda que cuando estaba estudiando, el acceso al arte se veía coartado cuando se debía pagar por un boleto, por eso refrenda que la idea de la donación es incluyente a todos los públicos, además de que no importa que se aporten mil o 100 pesos, todos tienen el mismo trato y apertura al evento.
“Siento que de esta manera también te acerca un poco a tu posibilidad real, a que la gente diga ‘yo quiero donar esto’ (…) Algo que nos interesa mucho es ser muy horizontales con eso”, expresa el también artista visual.
La promotora Natalia Vargas argumenta que, además de escoger un espacio como la exfábrica de harina, es marcar una postura de distancia de otros encuentros artísticos y a su vez llevar la cultura a otros lugares fuera de lo ordinario, en la Semana del Arte 2020.
“Un punto importante que queríamos lograr era un poco descentralizar el arte, por algo también nos gusta no estar donde estaría todo mundo, queremos este aspecto y esta nueva zona para la Feria”, platica la creativa