Grinch: los ‘haters’ de Navidad

Nota del editor: Este artículo fue publicado anteriormente. Lo compartimos ahora con el fin de ofrecer contenidos útiles a nuestros lectores.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Durante las fiestas decembrinas se agravan los síntomas de quienes padecen el trastorno depresivo mayor –o depresión clínica
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Nota del editor: Este artículo fue publicado anteriormente. Lo compartimos ahora con el fin de ofrecer contenidos útiles a nuestros lectores.

 

Cada año, al llegar la Navidad, se distinguen dos tipos de personas durante esta temporada: el grinch y el que goza de andar a contrarreloj con los preparativos navideños.

Algunas personas inclusive comienzan a decorar su hogar (hasta su vestimenta y su carro), con elementos de la época de los villancicos. 

Y tienen altas expectativas respecto a las fiestas decembrinas y lo que estas conllevan.

Esferas, coronas, luces, árboles de Navidad, guirnaldas, muñecos, velas… todos los adornos navideños que sean necesarios se adquieren –o se sacan del baúl de los recuerdos– desde o antes de noviembre. 

Lo mismo sucede para los amantes del DIY (o ‘Hágalo usted mismo’, en inglés), quienes se toman el tiempo para crear toda clase de manualidades. 

A otros los alienta la posibilidad de hacer donaciones a causas benéficas, como es el caso del abogado australiano David Richards, quien recientemente batió el Récord Guinness tras colgar más de medio millón de luces navideñas en su hogar, en Canberra, Australia. Junto a su familia, Richards recauda aportaciones de miles de personas que visitan el gran espectáculo de luces.

Sin embargo, otros huyen de todo aquello que refuerza el espíritu navideño. Tan solo pensar en el mes de diciembre los pone de mal humor. 

Se deprimen en esta época. Son los grinchs de la Navidad. Y de no ser porque el resto de los miembros familiares se reúne cada año para celebrar, preferirían ahorrarse la cena de este día. 

No se les ve en las posadas. Así evitan sentirse obligados a sonreír entre villancicos y piñatas, tal como el amargado Scrooge. 

Y mucho menos visitan las tiendas departamentales, que están al tope de gente que compra sin cesar. Sin contar los pasillos y adornos navideños por doquier.

Por lo menos en México, casi el 70 por ciento de los consumidores prefiere las tiendas departamentales para hacer sus compras de Navidad, según el estudio “Compras de Navidad 2012: Intenciones y expectativas de los consumidores”, realizado por Deloitte.

¿Sensación de soledad? 

Que algunas personas detesten la Navidad y todo lo que conllevan los días festivos podría tener una explicación científica. 

En este sentido, cobran especial importancia las investigaciones a cargo de John Cacioppo, neurocientífico social de la Universidad de Chicago, quien por más de 20 años ha estudiado los efectos biológicos de la soledad –entendida como la sensación de aislamiento social y no como soledad física per se–. 

En un estudio publicado en el 2009 en Journal of Cognitive Neuroscience, Cacioppo comparó, mediante estudios de imagen por resonancia magnética, la percepción social de adultos con y sin sensación de aislamiento social. 

Para ello, les presentó imágenes agradables y con connotación negativa. 

Se encontró que el sistema de recompensa del cerebro en aquellos que tenían una sensación aguda de desarraigo fue mucho menor ante imágenes positivas, que aquellos participantes que no se consideraban solitarios. 

También se registró una mayor actividad en la corteza visual de las personas solitarias cuando presenciaron imágenes que aludían a la desgracia humana que cuando observaron imágenes de objetos, “lo que sugiere que la angustia de otros les suele llamar más su atención”, señala el estudio. 

De ahí que no sorprenda que psicólogos de las universidades de Pensilvania y de Illinois hayan reportado evidencia que explique la razón por la que algunas personas tienen tendencia a ser “haters” (o la predisposición a responder de forma negativa ante un estímulo). 

Los resultados del estudio fueron publicados este año en el Journal of Personality and Social Psychology. 

Época de malos recuerdos

Las enfermedades, los roces entre familiares o amigos, la pérdida del empleo o de seres queridos, las rupturas amorosas… estas son algunas de las batallas que atraviesan las personas que quisieran que desapareciera el mes de diciembre del calendario. 

Como escribió la doctora Marcia Kraft, docente de psiquiatría clínica de la Escuela de Medicina de la Universidad del Sur de California, en un artículo de opinión publicado en el 2002 en Psychiatric Services: “durante la época de fiestas, los pacientes solitarios son más conscientes de su soledad y los pacientes que se encuentran en duelo son más sensibles a sus pérdidas”.

Y agregó que “los efectos de las dificultades de la vida evocan un sentido más doloroso de las indignaciones cuando a uno le rodea evidencia de lo que parece ser la alegría y la felicidad de los demás”. 

Aunque para otros esta temporada de fiestas simplemente es sinónimo de estrés, dado a un cúmulo de compromisos sociales, además de factores económicos y laborales. 

Sin embargo, también hay a quienes la llegada de la Navidad les hace recordar el mal sabor de boca que les dejó alguna experiencia que vivieron en el pasado. 

Al menos esto es lo que se puede constatar a través de la psicoterapia, donde “(…) no es inusual descubrir recuerdos reprimidos y traumáticos de arrebatos alcohólicos que interrumpieron recuerdos idílicos de las fiestas”, comentó Kraft. 

Otro detalle que debe considerarse es el hecho de que durante las fiestas decembrinas se agravan los síntomas de quienes padecen el trastorno depresivo mayor –o depresión clínica–. 

Desesperanza, pensamientos suicidas o relacionados con la muerte, tristeza, apatía, son algunos de los síntomas que no les permiten llevar una vida funcional.

Un artículo publicado en el sitio oficial del Centro Médico de la Universidad de Rochester advierte que la nostalgia que una persona siente durante la época de fiestas no debe confundirse con depresión clínica. “La depresión clínica es un trastorno que puede tratarse con fármacos”, mientras que la primera “puede requerir de algo tan simple como un buen escucha”.

Sobrevive a la Navidad
Toma nota de estos tips que sugieren expertos de la Clínica Mayo para beneficiar tu salud mental esta Navidad:

Haz a un lado las diferencias 
Intenta aceptar a los miembros de la familia y a los amigos como son, incluso si no cumplen con todas tus expectativas. 

Haz a un lado las quejas 
Hasta que se presente el momento apropiado para una discusión.

Sé comprensivo con otros 
Reconoce tus sentimientos. Si alguien cercano a ti ha muerto recientemente o no puedes estar con tus seres queridos, date cuenta que es normal sentir tristeza y dolor. 

Está bien tomarse un tiempo para llorar o expresar tus sentimientos
 No puedes forzarte a sentirte feliz solo porque es la temporada de fiestas.

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