Trajes inteligentes como el de Iron Man forman parte de nuestros sueños más absurdos, y aunque probablemente faltan varias décadas para que la tecnología se acerque a conseguir algo como tal, la innovación de la impresión en 4D nos podría dar una probadita más pronto de lo que pensamos.
Si la impresión en 3D permite crear objetos tridimensionales, capa por capa, a partir de un modelo, el siguiente paso –en 4D– implica que un objeto impreso en tercera dimensión tiene la posibilidad de cambiar su forma, a partir de instrucciones grabadas en el propio material.
La Oficina de Investigación de la Armada de Estados Unidos otorgó 855 mil dólares a tres investigadores –de la Universidad de Harvard, la de Pittsburgh y la de Illinois– para explorar aplicaciones nuevas para esta tecnología, con la expectativa de que se pueda incorporar al equipo y la ropa de sus tropas.
Prendas que puedan alterar su color, permeabilidad, resistencia o dureza de acuerdo a las circunstancias (como calor extremo o explosiones), podrían ofrecer muchos beneficios. Además, ayudarían a incrementar las posibilidades de camuflaje y protección. En lugar de cambiarse de ropa para estos casos, sería la ropa la que cambiaría.
Los investigadores Anna C. Balazs, Jennifer A. Lewis y Ralfp G. Nuzzo, pretenden manipular materiales a niveles micro y nano para producir otros que puedan modificar su estructura a través del tiempo, en un nivel macro.
“La habilidad de crear una tela que responda a la luz cambiando su color (…) o incluso a una fuerza externa endureciendo su estructura, se hace posible a través de materiales responsivos que son adaptables, flexibles, ligeros y fuertes”, explica Nuzzo, “la impresión en 4D cambiaría las reglas del juego”.