"Lo que ocurre en el teatro es esta posibilidad de darle al espectador una historia en un solo disparo"
El Foro Lucerna luce vacío y en calma sepulcral, 11:20 de la mañana y aguardamos en la duela de un espacio amplio con espejos, es claramente un salón de ensayo para los artistas que recurren al lugar.
Sencillo, de facciones afiladas, con un aire de tranquilidad y paz interior, Hugo Arrevillaga entra puntual al recinto que a las 12 del mediodía albergará la conferencia de prensa de Greg MacArthur, el dramaturgo de “Tóxico” y puesta en escena que Arrevillaga montó gracias al presupuesto juntado con la plataforma de fondeadora.mx.
Entramos en calor y confianza casi de manera inmediata al compartir un lugar de residencia en común: Monterrey, que es la ciudad donde Arrevillaga estudió su Licenciatura en Economía y Comercio Internacional.
En la Sultana del Norte también conocería a otra persona que tuvimos la fortuna de cruzar en el camino común, el maestro Dardo Aguirre –actor y director de teatro– de quien me enteré de mano de Hugo ha fallecido en 2013.
Arrevillaga es oriundo del Distrito Federal y rozando los 40 años de edad cuenta con una vasta producción escénica desde que inició su camino formalmente al estudiar actuación en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM.
Perteneció a la Compañía Nacional de Teatro, donde fue director residente con la obra “Ni el sol ni la muerte” del dramaturgo Wajdi Mouawad. Posteriormente en 2011 traería a escena el trabajo de Mouawad con la tetralogía “La sangre de las promesas”, donde todavía hasta el 2014 tuvo reposiciones debido al gran éxito del montaje.
“Me parece que en estos tiempos tan vertiginosos, donde la información probablemente va a una velocidad mucho mayor a nuestra capacidad de entendimiento, el teatro es como un acto impertinente aún entre los seres humanos”, responde Hugo Arrevillaga a la pregunta ¿Porqué decide dedicarse al teatro y no a otra arte del medio?
En 2012 llegó hasta Londres a la Olimpiada Cultural, donde llevó la obra de Shakespeare “Enrique IV” por invitación de la Royal Shakespeare Company y The Globe Theatre. Cabe resaltar que esta es la primera producción mexicana en tocar el suelo del teatro El Globo, reconocido mundialmente por ser el espacio que albergara las obras del dramaturgo inglés.
“Pasé muchos años de mi vida, como 20 años, en un lugar cercano al puerto de Veracruz llamado el farallón donde estamos rodeados de mucha naturaleza y un poco aislados también (…) nos obligaba eso a tener una amplia escucha de lo que nos rodeaba, nos teníamos que sumergir también en un encuentro persona a persona, todo lo que nos rodeaba eran relaciones humanas, esto me determinó de alguna manera y me llevó a encontrar en el teatro una posibilidad de reencuentro con esa naturaleza primaria que tuve”, recuerda Arrevillaga al encontrar su camino hacia el teatro.
“A mí las obras de teatro que hago, más allá de ser un mero entretenimiento me parecen que son una posibilidad de fortalecimiento del tejido social”, agrega el también dramaturgo.
El director considera que el proceso del artista teatral tiene mucho que ver con el arquero zen. “Donde prepara su arco años y años de preparación, para saber como acertar la flecha en el blanco, sin saber que es la flecha la que genera, la que crea su blanco en el trayecto”, indica Arrevillaga.
Hugo señala que “todo eso le da al teatro una naturaleza que nos dota también de mucha adrenalina al espectador y a los actores, porque no sabemos nunca que va a pasar, se da la tercera llamada y no sabemos si la obra va a terminar ese día, podría pasar cualquier cosa, como puede pasar en la vida, no sabemos a la vuelta de la esquina puede estarnos esperando la muerte”.
El teatro como crítica social
Incansable en su arte, Arrevillaga devela que solo en 2014 llevó a escena 14 proyectos teatrales, esto porque le gana la ansiedad por “Decir, decir y decir y por fortuna hay mucha gente que quiere escuchar”.
Y es que “esto quiere decir algo, está encontrando en el teatro (el público) esa posibilidad también de sensibilizarse, y de tener un punto de vista crítico sobre lo que está aconteciendo”, indica Hugo.
“Siempre he tratado de ver el arte o el teatro que hago como una posibilidad de diálogo de los seres humanos con su propio tiempo, y en ese sentido tratar de generar puntos de vista críticos sobre lo que estamos haciendo, no solo en la sociedad sino en nuestro primer circulo, la familia”, puntualiza.
Arrevillaga agrega que aquello que desea fervientemente “con todo el grupo de colaboradores y artistas con los que trabajo, es que el espectador cuando salga del teatro lleve en sus bolsillos algo fundamental que quiera aplicar a su vida cotidiana y que se lleve algo de regreso a casa, algo que le pueda dar las herramientas suficientes para entablar un diálogo muy directo con su sociedad y su tiempo”.
Arrevillaga y el cine
Su dramaturgia estuvo presente en 2014 con el montaje “Ventanas”, pero confiesa que no le ha dado el tiempo suficiente a la dramaturgia que ha desarrollado para llevarla a escena como quisiera.
Pero el director de teatro comenta que se encuentra adaptando un guión de la dramaturga alemana Anja Hilling. “Sentido” es una obra que Arrevillaga está gestando para arrancarla como su opera prima en cine.
“Creo que todo lo que hacemos los que buscamos el arte, los que emprendemos un camino por el arte de manera profesional, tratamos de establecer un vínculo entre todo lo que leemos, creamos, nos encontramos, para al final de cuentas tratar de ser mejores personas”, menciona el artista en respecto a la dramaturgia y la adaptación de este trabajo.
