Del millennial en adelante

Aunque suelen despilfarrar sus quincenas en un té chai con leche de soya y vainilla sin azúcar 
–cuyo precio puede oscilar los 90 pesos–, la Generación Millennial es un parteaguas para diversas industrias y se ha vuelto el sector de consumidores más influyente, a nivel global.

Los gastos de los millennials son muy distintos a los de generaciones anteriores. El padre o el abuelo del millennial no solía gastar su sueldo en tenis, frappuccinos o gadgets (no había y sus necesidades tampoco los requerían).

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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41%
Más está dispuesto a pagar el millennial por productos que simplifiquen su vida
Vestir casual en el trabajo hace que los empleados se sientan a gusto y eso aumenta la productividad
Desde la llegada del millennial, los empleados en las empresas se visten de forma casual y gastan sus sueldos en alimentos y no ahorran

Aunque suelen despilfarrar sus quincenas en un té chai con leche de soya y vainilla sin azúcar 
–cuyo precio puede oscilar los 90 pesos–, la Generación Millennial es un parteaguas para diversas industrias y se ha vuelto el sector de consumidores más influyente, a nivel global.

Los gastos de los millennials son muy distintos a los de generaciones anteriores. El padre o el abuelo del millennial no solía gastar su sueldo en tenis, frappuccinos o gadgets (no había y sus necesidades tampoco los requerían).

De acuerdo a JPMorgan, los millennials dedican 34 por ciento de su dinero a vivir experiencias (como lo es un viaje, un festival de música o una cena con amigos en el lugar hipster del momento). Los padres y abuelos de los jóvenes del milenio destinaban el 28 por ciento de su dinero a las experiencias, por ejemplo.

Pero el cambio más significativo que trajo el apogeo de la Generación Y a los mercados es a todo lo que gira en torno a la cultura laboral, específicamente para la clase trabajadora, de clase media y clase media alta. Desde cuáles son sus prioridades, la manera en la que –no– se administra, así como la forma en la que se viste (y cuánto gasta en ello), y lo que come y bebe.

Y es que el millennial revolucionó por completo la industria de los alimentos y las bebidas.

Matt Kleinschmit, director general de consumidores y compradores de la firma de investigación de marketing Maru/Matchbox, señaló que “toda la acción que estamos viendo (en la industria alimentaria) está impulsada por los rápidos cambios en el comportamiento alimenticio de los millennials”.

Kleinschmit subrayó que una encuesta realizada en noviembre de 2016 demostró que la Generación Y –a diferencia de las anteriores– es capaz de pagar más por alimentos sostenibles, de origen local, naturales u orgánicos.

Esto se debe a que cada vez más los jóvenes están conscientes de la importancia de su salud y por eso invierten en productos que beneficien la misma. Y la mayoría de los precios de los productos que prefieren los millennial es 20 por ciento más cara.

Kleinschmit dice que esto ha dado pie a que Amazon, Kroger o Walmart lancen sus propios productos de alimentos y bebidas ecológicas y naturales, para así competir con los imperios de los alimentos.

En 2016, el Director de Mercadotecnia de Tetra Pak México, Jorge Beirute, expresó que el 51 por ciento de los millennials evita la comida rápida y el 63 por ciento pretende mejorar su salud a través de la alimentación y las bebidas que consume diariamente.

Razón por la que hasta las grandes compañías como The Coca-Cola Company han tenido que revolucionar sus productos, como sucedió recientemente con el refresco Coca Cola Zero.

Esta generación busca su bienestar ante todo –y evita afrontar la realidad de que el cuerpo, la mente y el mundo maduran y envejecen–, por lo que inclusive gigantes tecnológicos como Google, Facebook y Apple le apuestan al sector salud con apps, gadgets e investigación en ciencia, medicina y fitness.

Sin embargo, una de las consecuencias que conlleva esta revolución milenaria es que los miembros de esta generación así como han dado un giro de 360º a distintos mercados en favor de la salud, a nivel social también pueden perjudicar incluso a las siguientes generaciones.

Un ejemplo de ello es que sus prioridades no están establecidas y que son jóvenes que no tienen visión y planificación a mediano y largo plazo.

De acuerdo a la encuesta “Money Matters”, elaborada por la aplicación de inversión Acorns, dio a conocer que “un sorprendente 44 por ciento de las mujeres millennials entre 18 y 35 años gastan más en su dosis matutina que en lo que ahorraron durante el año”.

El millennial vive hoy y mañana quién sabe, por eso el 33 por ciento de ellos, a nivel global, no cuenta con ahorros, según GoBankingRates.com.

Mercado exigente

La Generación Y está dispuesta a pagar 41 por ciento más por productos que simplifiquen su vida, según Jorge Beirute.

Además, debido a que los millennials viven acelerados y en constante movimiento, los mercados están tratando de estar a la par de su velocidad. Tan solo recuerda que en el supermercado ya hay cada vez más espacios destinados a la comida orgánica, de las favoritas de esta generación.

Y qué decir de la publicidad y la mercadotecnia, que también ha evolucionado para satisfacer el ojo millennial. Entre más sencillo sea el envase, mejor.

En todos lados

A partir de que la Generación Millennial se convirtió en estudiante y empleado, se incrementaron los lugares colaborativos y de networking, los casos de freelancers, de home office y de empresas emergentes y jóvenes entusiastas creando startups. Pero, sin duda, el elemento crucial que marcó la llegada del millennial al sector laboral es el hecho de dejar atrás la indumentaria formal y “Godínez”, para dar la bienvenida a los tenis, el peinado y aseo desaliñado y la moda totalmente casual-informal.

Esto ha favorecido considerablemente a las compañías de moda deportiva, mientras que las de otros rubros han lanzado sus propias líneas y colecciones de active wear.

Los vestidos con tenis, los Converse con saco y la mezclilla reinan en las oficinas en la actualidad.

Joe Kudla, CEO de Vuori Clothing, dijo a la revista Forbes que “la ropa deportiva es obviamente mucho más cómoda que los pantalones de vestir y los botones”. Y enfatizó que vestir de forma casual puede tener un beneficio muy positivo para que el empleado se comprometa con la empresa y tenga mayor productividad, ya que se “siente muy bien”.

Esto favorece a las compañías, pues “tu marca es una extensión directa de la cultura que se vive en tu empresa”.

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