Las tiras de crítica sociopolítica cada vez peligran más en distintas partes del mundo, a pesar de que existe la libertad de expresión, incluso, se han tenido que fundar organizaciones como Cartooning for peace (Dibujando por la paz) para poder defender el trabajo de los ilustradores.
En julio pasado, el caricaturista chino Badiucao, quien trabaja desde Australia y con pseudónimo debido a sus señalamientos contra su gobierno, ha hecho latente su arte en el documental China’s Artful Dissident, que se describe a fondo su inconformidad social.
Este escenario global convulso preocupa constantemente a los dibujantes, porque aunque haya una teórica libertad de pensamiento y existan las herramientas como la pluma y la tinta, parece que cada vez hay menos “papel” donde exponer sus ideas.
“Esa es una interesante manera de verlo. Creo en la total libertad de expresión, pero creo que también puede ser demasiado problemática, porque los caricaturistas pueden realmente encender a la población, ¿tienen este derecho? Creo que sí. Artistas y escritores tienen que pensar que si su trabajo lo consideran serio, deben de mirar las consecuencias”, comenta Joe Sacco, periodista e ilustrador político.
Sacco tiene una amplia trayectoria en coberturas bélicas, ha puesto la mirada específicamente en lo que ha ocurrido en la Franja de Gaza los primeros años de la década de los 90 y muestra de ello fue lo publicado en la novela gráfica de no ficción Palestina, que comenzó a distribuirse por fascículos en 1993.
El dibujante también estuvo presente en la Guerra de Bosnia y en la del Golfo, que ha retratado en War junkie (1997), Historias de Bosnia (1998) y Gorazde: Zona segura (2000), entre otras. Sacco dice que no ha tenido problemas por la censura, pero sí conoce a quienes la han vivido.
“Estoy preocupado por la censura, tengo un amigo en Estados Unidos, no quiero entrar en detalles, pero básicamente están vigilando un poco su trabajo, porque es considerado que tal vez, socialmente, esté pisando algunos callos; nos hemos vuelto hipersensibles ahora sobre la identidad y de quien está permitido para hablar de esto y expresarse de otra cultura, creo que este es un terreno peligroso”, afirma Sacco.
El delgado filo de la expresión
Sacco opina que en Estados Unidos, muchas veces, la libertad escrita o en medios se convierte en hostigamiento.
“Ahora somos libres, podemos manifestarnos en las calles donde vivo en Portland, hablar de devolver a los mexicanos a su país, eso es libertad de expresión, pero está siendo usada para acosar y ser agresivos, me gustaría saber dónde se dibuja esta línea, pero no creo que se pueda divisar una línea entre estas cosas”, expresa Sacco.
Para él, la libertad de expresión peligra desde la óptica que se le mire, porque puede ser tendenciosa para algunos, pero condenatoria para otros, lo que pone en jaque a ilustradores, activistas y manifestantes, dependiendo de su ideología política.
“No hay una manera precisa de legislar acerca de la libertad de prensa, y hasta el discurso de odio es difícil (en lo legal), por como se puede interpretar en distintas formas, por ejemplo, en Europa parece que todos van a manifestarse por el derecho de insultar a musulmanes o migrantes, pero si apoyas el boicot de Israel, ese discurso es ilegal, entonces ¿dónde queda la libertad de expresión?”, describe el ilustrador nacido en Malta y residente estadounidense.
El poder de la red para Joe Sacco
La sociedad vive un presente de amplia conexión y comunicación a través del Internet, pero la información no alcanza siempre a las audiencias, Sacco precisa que lo mejor es acercarse a los medios de investigación.
“Esto no aplica sólo para el cartón político, por ejemplo, en El Salvador el proyecto periodístico de El Faro está haciendo algo extraordinario y está realmente comprometido y aunque se va lento, en verdad ha logrado captar a una audiencia mayor, porque su trabajo es sólido”, platica.
El periodista gráfico invita a que el consumo de medios se amplíe, ya que al pertenecer también a un ala política, se cae en sólo revisar al periodismo que suele ser tendencioso o sólo beneficia al interés que representa de fondo.
“El problema con la comunicación masiva estos días es que es muy fácil caer donde mismo, si eres un conservador republicano, siempre vas a ver Fox News, o caer en la línea de tiempo de Twitter de una persona que es de ideología de extrema derecha, y lo mismo pasa con la izquierda, el problema es que no hay dos o tres periódicos de amplia publicación que representen el vulgo común en la sociedad, eso ya no existe”, argumenta el también artista Joe Sacco.