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Justos por pecadores

Frenar los estragos del cambio climático y sus efectos en los países menos desarrollados es una responsabilidad moral y social.

El Papa Francisco en su encíclica que se publicará el jueves (pero que ya se filtró en la Red por el semanario L’Espresso), incita al "cuidado de la casa común", y advierte sobre los efectos físicos sobre la Tierra, provocados por el calentamiento global. 

"El Papa tiene autoridad moral. Podría cambiar el juego en una forma fundamental"
Partha DasguptaMiembro de la Pontificia Academia de las Ciencias
"Las personas ricas están más preparadas (al cambio climático). Las personas pobres no están preparadas (...)"
Obispo Marcelo Sánchez SorondoJefe de la Pontificia Academia de las Ciencias
https://www.youtube.com/watch?v=acUeNTExLhA

Frenar los estragos del cambio climático y sus efectos en los países menos desarrollados es una responsabilidad moral y social.

El Papa Francisco en su encíclica que se publicará el jueves (pero que ya se filtró en la Red por el semanario L’Espresso), incita al “cuidado de la casa común”, y advierte sobre los efectos físicos sobre la Tierra, provocados por el calentamiento global. 

Uno de ellos es la amenaza de la “destrucción del ecosistema sin precedentes”, que para antes del fin del presente siglo caerá en las poblaciones más pobres del mundo, dado a que éstos no cuentan con los medios para adaptarse”.

De acuerdo con el borrador filtrado escrito en italiano, el “Papa de los Pobres” pide una nueva autoridad política mundial para luchar “(…) para la reducción de la contaminación” y la disminución de las emisiones de dióxido de carbono.

Para Francisco, estos países deben continuar priorizando el “desarrollo y la erradicación de la pobreza. También necesitan formas de producción energética menos contaminantes”, pero para ello necesitan el apoyo de los países ricos. 

El Pontífice subraya que el planeta está protestando por el mal que le ha causado la mano del hombre, y por el abuso de los bienes que Dios ha puesto.

“La violencia que existe en el corazón humano (…) también se manifiesta en los síntomas del padecimiento que vemos en la Tierra, el agua, el aire y en los seres vivos”, dice Francisco.

Todos, no solo católicos

Esta encíclica está dirigida a todos, independientemente de la religión. “(…) Me quiero dirigir a cada persona que habita este planeta (…) propongo especialmente entrar en discusión con todos respecto a nuestra casa común”, dice el Papa. 

Adam Frank, profesor de astrofísica de la Universidad de Rochester, señala en NPR que “los valores humanos no son del dominio de las ciencias físicas, químicas o biológicas (…) desde la perspectiva de las leyes naturales que gobiernan a esas ciencias, al cosmos no le importa si el clima de la Tierra cambia o no”. 

Frank enfatiza que el Papa “(…) parece dispuesto a desafiar a los católicos y el resto del mundo para cuestionar exactamente por qué nos importa (…). Él está preparado para recordarnos sobre un valor que casi todos los seres humanos consideran que vale la pena, sean religiosos o no: el sufrimiento de otros no debe ignorarse”.

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