Dora la exploradora: ¿se puede aprender con la Televisión?
Programas infantiles como Dora, la exploradora tienen una influencia en el proceso cognitivo de los niños; aunque limitado y mínimo, expertos aseguran que es innegable el aprendizaje que se adquiere por la televisión
Carlos RamírezDirigida por James Bobin (Alicia a través del espejo, 2016), Dora y la ciudad perdida, que se estrena hoy en cines nacionales, será la primera película live-action adaptada de un programa de televisión infantil con sentido educativo.
Dora Márquez, interpretada por Isabela Moner, saltará de la pantalla chica a la grande después de convertirse en el primer personaje latino en una serie educativa de los Estados Unidos. De hecho, fue en medio de la promulgación de la ley SB 1070 de Arizona, la cual condena y persigue a los migrantes indocumentados, que activistas utilizaron la imagen de Dora durante las protestas.
A pesar de que las emisiones de Dora, la exploradora llegaron a su fin el pasado 9 de agosto, el largometraje de la serie, creada en el 2000 por Chris Gifford, Valerie Walsh y Eric Weiner, lleva a repensar el papel de las series infantiles que buscan tener un sentido educativo y hasta lúdico.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2016, realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), 8 de cada 10 niños ve contenidos de este tipo en la televisión.
Autores como Jean Piaget han hecho hincapié en la educación primaria del niño basada en la familia y los factores que en ella hay, como la televisión. Incluso, la pedagoga y educadora Paula Sepúlveda, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), aclara que la TV tiene una influencia importante en la niñez, por lo que sí enseña.
No es casualidad tampoco que Dora, la exploradora sea una de las opciones contemporáneas predilectas de los infantes por sobre producciones como Daniel Tigre, Peppa Pig y Paw Patrol.
La Encuesta del IFT también afirma que los programas infantiles como este encabezan las preferencias de los niños en televisión con el 75 por ciento, cifra que compite con los videos musicales consumidos a través de Internet.
Paula Sepúlveda, quien se desempeña como docente en la escuela de donde egresó, argumenta que aunque la TV no es la educación total de un niño, sí repercute en casos en los que la ausencia parental es evidente.
Lo anterior se suma a que, según el Censo de Población y Vivienda 2010, también del Inegi, el 11.4 millones de hogares hay una falta de figura paternal o maternal, lo que agrava la situación cuando se ausentan por el trabajo.
“La televisión y sus programas tienen una fuerte carga de enseñanzas implícitas en los niños, ya que a esta edad el ser humano vive una especie de mimesis en la que adopta formas de actuar de lo que lo rodea, del Internet, la música y la TV, etcétera”, manifiesta la pedagoga.
¿Cómo enseña la TV?
Para Paula Sepúlveda, la TV enseña porque los primeros años de los niños son los más importantes para su educación. Incluso, de acuerdo con la especialista, en esa primera etapa el niño adopta las conductas que en el futuro consolidará. Desde palabras hasta comportamientos que observa en su entorno.
Lo anterior es motivo para reflexionar acerca de los programas que los niños miran en la televisión.
“No hay que menoscabar el contenido que los niños ven. Su influencia es indudable. Por lo que programas con contenido violento y sexual pueden generar problemas en el crecimiento mental de los pequeños y de la manera en cómo entienden el entorno”, advierte.
Por otro lado, la docente enfatiza el valor de los programas educativos como Dora, la exploradora, aunque señala que el conocimiento que los niños obtienen de estos programas es mínimo.
“Hoy en día no tenemos muchas opciones en la televisión. Programas como Dora, la exploradora sí buscan tener un sentido educativo, pero cuando se analiza, el 90 por ciento de él es entretenimiento, mientras que el restante es cognitivo, pero limitado. Hay más presencia de música y colores que estimulan la parte imaginativa de los niños”, afirma.
Por esta razón, para la educadora, los libros infantiles siempre serán la mejor opción para estimular el conocimiento, “porque están dirigidos a ayudar a los niños a aprender en ciertos ámbitos. Su participación es activa, ya que leen y se hacen preguntas, a diferencia de la TV donde son espectadores pasivos”, finaliza.
El poder de los medios
Ante este fenómeno, Adrián Montes, estudiante del doctorado en Comunicación, con su tema ‘Procesos de comunicación en los medios’, concuerda con Paula Sepúlveda, y establece que el aprendizaje por medio de la televisión es tan fuerte que han existido estudios sobre la influencia a través de la TV.
“Los medios de comunicación se han ido consolidando en la vida del ser humano desde que nace hasta que muere. Por ello son un tema delicado en cuanto a redes de poder hablamos. Hay que recordar que se ha escrito acerca del cuestionamiento a los propietarios de los medios de comunicación y el uso que estos le dan en la sociedad debido a su poder”, explica.
Para él, la educación que se da en la TV para niños es un modo de comenzar su vida en los medios de comunicación. No obstante, con el desarrollo de otras plataformas como el celular y el Internet, este espectro de enajenación es cada vez más profundo.
“La mayoría crecimos con programas infantiles. Algunos hasta recordamos ciertas canciones que en ellos habían. Pero las generaciones presentes están experimentando esto junto con el boom del Internet, con un acceso casi ilimitado por parte de los padres. Hablamos, entonces, de una doble exposición e influencia así como de dos procesos comunicativos diferentes que sí afectan en la perspectiva de los niños”, dice.
Además, lo anterior se confirma luego que el IFT también revelara que la televisión es la reina de lo medios audiovisuales, ya que el 96 por ciento de los encuestados contestó que es el dispositivo más utilizado después del teléfono móvil.
Finalmente, para Adrián Montes, los contenidos infantiles están estructurados bajo ciertas enseñanzas diversificadas.
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