En México, cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (ENSANUT), afirman que hay 15.2 millones de personas con hipertensión arterial (HTA); no obstante, a pesar de que se carece de un registro de pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), el Colegio de Nefrólogos de México (CNM) refiere que alrededor de 13 millones de personas tienen algún grado de daño renal y muchos de ellos lo desconocen.
De acuerdo con Carlos Alberto Guízar Sánchez, médico cardiólogo con especialidad en Insuficiencia Cardíaca, los pacientes que padecen HTA tienen una mayor probabilidad de desarrollar enfermedad renal crónica o viceversa. Este ciclo es peligroso, pues puede ser mortal si no se controlan ambos padecimientos.
“Los riñones tienen como principal función filtrar la sangre para eliminar desechos y exceso de agua a través de la orina; sin embargo, cuando estas funciones fallan se conoce como ERC.
“Por su parte, el corazón se encarga de bombear sangre por todo el cuerpo; pero la expulsión de este líquido a través de las arterias puede comprometerse con el desarrollo de HTA, es decir, cuando los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos y se dilatan menos en el momento en que la sangre sale del corazón e ingresa a las arterias, causando elevación en los niveles de presión arterial”, precisa Guízar Sánchez.
Por ello, el corazón y los riñones se encuentran estrechamente relacionados. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el artículo “Tratamiento de la hipertensión arterial en la enfermedad renal crónica”, estima que entre el 50 y el 75 por ciento de los pacientes con ERC tienen HTA.
“La mejor manera de prevenir la ERC en un paciente con HTA es indudablemente controlar los niveles de presión arterial. Por ello, después de un diagnóstico por HTA, es indispensable que tu médico de cabecera ayude a proteger tus riñones ante la elevación de la presión arterial”, aclara.