Después de los Video Music Awards del año pasado –en los que Miley Cyrus twerkeo de forma espectacular y quedó para siempre tatuada en nuestra memoria– nadie sabía qué esperar de los de este domingo.
El resultado fue una verdadera sorpresa: la noche estuvo llena de situaciones emotivas, y lo más escandaloso de la noche fue consecuencia de un accidente.
Uno de los momentos más mencionados fue, quizá por el precedente de la ceremonia pasada, la forma en que Miley Cyrus aceptó el premio a Mejor Video por “Wrecking ball”. En lugar de pasar al escenario, lo hizo un joven desamparado llamado Jesse, que aceptó el premio “en nombre de 1.6 millones de jóvenes sin hogar”.
El adolescente invitó a los fanáticos de la cantante a visitar su página de Facebook para ver cómo podían ayudar –haciendo una donación a “My friend’s place”, un centro de apoyo a los jóvenes sin hogar en Los Ángeles.
Unos minutos antes, el rapero Common había llamado la atención hacia la violencia policial y problemas de racismo en Ferguson, Missouri. Antes de entregar el premio al Mejor Video de Hip-Hop, pidió un minuto de silencio por Michael Brown, adolescente cuyo asesinato desató las protestas en esa ciudad.
Pero la seriedad no eliminó los momentos divertidos que caracterizan a estos galardones. La apertura estuvo en manos de Ariana Grande, Jessie J y Nicki Minaj quien, por accidente, protagonizó el momento más escandaloso de la noche, cuando su atuendo se abrió por el frente casi exponiendo su pecho.
Con sus manos evitó una emergencia, y después se rió del hecho en su cuenta de Twitter.
Por otro lado, la neozelandesa Lorde hizo historia, al ser la primera mujer en ganar el premio a Mejor Video de Rock, y Beyoncé tuvo un momento dulce con Jay Z y su hija Blue Ivy, que terminó la noche bailando al son de la voz de su mamá.