El reconocimiento internacional le ha costado una vida de trabajo, –73 años para ser exactos– y justo el día de ayer en su cumpleaños llegó a México la película que devela el otro lado del hombre que luchó contra su enfermedad, siguió adelante gracias a la pasión en su oficio y recibió el apoyo de una mano que estuvo ahí para empujar su silla de ruedas.
“La teoría del todo” cuenta la historia real de Stephen Hawking y Jane Wilde, quienes contrajeron nupcias en 1965.
Aunque la cinta tiene el sello aprobatorio de Hawking y él está contento con el resultado, el filme se inspira en el libro “Travelling to infinity: My life with Stephen” de Jane Wilde Hawking, por lo que esta historia se cuenta casi desde su punto de vista.
Y es que a pesar de que la película peca de ser rosa pastel y aunque el guionista Anthony McCarten haya perseguido adaptar el libro de la ahora exesposa de Hawking por casi 10 años, nada quita el hecho de que esta es una mirada parcial a la realidad que vivió esta pareja al inicio de su relación.
“La teoría del todo” es un caleidoscopio hacia la mirada del pasado de los Hawking antes de que comenzaran los síntomas de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés) que padece Stephen. Y llega casi hasta tiempos actuales, por lo que los retos de producción de acercarse a la veracidad de los hechos es impresionante.
El reto de convertirse en Hawking
Desconocido para el mainstream cinéfilo promedio, pero reconocido en Inglaterra y en los círculos de la industria cinematográfica, Eddie Redmayne, quien encarna a Stephen Hawking en la cinta, es un talento que a partir de ahora nunca pasará desapercibido.
El actor británico de 33 años interpreta un papel que ya resuena como candidato al Oscar. De hecho, se especula que el también cosmólogo de 73 años derramó una lágrima al ver la actuación de Eddie e inclusive le comentó en un correo al director James Marsh que llegó a pensar que se estaba viendo a sí mismo.
Redmayne conoció a Hawking antes de iniciar la producción y conversó con él durante tres horas, aunque confesó que apenas el astrofísico llegó a decirle aproximadamente ocho líneas en ese tiempo.
El actor también visitó a 40 pacientes con ALS y perdió alrededor de seis kilos para el personaje. Además, se entrenó con un bailarín profesional para conocer la motricidad de su cuerpo a profundidad, estudió sus gestos faciales frente al espejo y en el set permanecía inmóvil entre tomas, lo cual le produjo una alteración en la alineación de la columna.
Hawking siendo Hawking
Stephen Hawking es un ícono de la cultura pop desde finales del siglo pasado, no teme en parodiarse a sí mismo y ahora da licencia con esta cinta para que salgan sus “trapitos amorosos al sol”.
Y es que no es ningún secreto que el matrimonio acabó por deslices del corazón, tanto de parte de su exesposa con otro hombre, como del mismo Hawking con quien fuera su asistente y enfermera Elaine Mason. Esta es la verdad incómoda que aún siendo realidad se decidió reflejar en la cinta.
Hawking incluso colaboró con la producción, prestando su voz electrónica para algunas secuencias del filme, también le prestó a los realizadores la Medalla de la Libertad –la presea honorífica civil de más alto rango que puede otorgar la Casa Blanca– que recibió de manos del presidente Barack Obama en 2009 y su tesis firmada, para ser usadas como objetos reales en la película.