Así como la piel cicatriza las heridas al paso del tiempo, la Tierra se cura sola después de un terremoto. Debajo de las fallas que surgen durante un terremoto, las grietas formadas tras la ruptura de rocas se reparan gradualmente. La duración que tome el proceso de curación podría determinar con mayor precisión el tiempo de los ciclos de terremotos en una zona de fallas.
Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista científica Science, luego de que investigadores de la Universidad de California, en Santa Cruz, tomaran como referencia el gran terremoto que en el 2008 devastó el distrito de Wenchuan, de la provincia de Sichuan, al sur de China.
En la investigación, encabezada por Lian Xue, los científicos trabajaron de la mano de geólogos en China, quienes hicieron varias perforaciones en la zona de la falla poco tiempo después de este terremoto. El siguiente paso fue monitorear los niveles del agua subterránea durante aproximadamente un año y medio. Así, observaron cómo fluía la marea del agua a través de las rocas, subiendo y bajando un par de veces a lo largo del día.
También observaron cambios en la permeabilidad de las rocas, midiendo los niveles del agua subterránea en el pozo que variaban constantemente.
Emily Brodsky, sismóloga de la Universidad de California, en Santa Cruz, dijo a la revista TIME que el equipo interpreta los contratiempos que registró el proceso de curación como un nuevo daño en la zona de la falla, “posiblemente debido a las ondas sísmicas de los terremotos lejanos”.
Respecto a la posibilidad de que las rocas que sufrieron fracturas vuelvan a verse afectadas en el futuro –o si estas se recuperan por completo– Brodsky dijo que “quizá, pero eso está más allá del alance de nuestro estudio”.