Durante su juventud, Carlos Monsiváis y Juan García Ponce coincidieron en varios medios, como las revistas Siempre!, Revista Mexicana de Literatura y Vuelta, en ellas compartieron su fascinación por la investigación, la literatura, la crónica urbana y el arte que emergía en la Ciudad de México.
Ambos pertenecieron a la llamada “Generación del Medio Siglo”, integrada también por los escritores José Emilio Pacheco, Salvador Elizondo, Juan Vicente Melo, Inés Arredondo, Tomás Segovia y Rosario Castellanos.
El título de la exposición rinde homenaje al libro Los vasos comunicantes que escribió André Breton en 1932
Con el fin de explorar las afinidades entre ambos, trascendentales para el desarrollo de la cultura del siglo XX en México, que se presenta en el Museo del Estanquillo la exposición Carlos Monsiváis y Juan García Ponce. Vasos comunicantes en el arte y la literatura.
“La muestra surge porque me llamó la atención los escritos de Monsiváis en homenaje a Juan García Ponce, que se exhiben en un suplemento cultural y se exhibieron en una exposición. Deahí quise entrelazar sus visiones e ideas”, expresa Ángel Aurelio González Amozorrutia, curador de la exposición.
De la Ruptura a la Vanguardia
Desarrollar el proyecto permitió reunir las 230 piezas que componen la exposición, en ésta se podrá apreciar pintura, fotografía, dibujo, gráfica, libros, así como material hemerográfico y audiovisual.
La muestra comprende temas como la participación de Monsiváis y García Ponce en el movimiento estudiantil de 1968 y el contacto que mantuvieron con integrantes de la llamada generación de la Ruptura, como los artistas Francisco Toledo, Graciela Iturbide, Gunther Gerzso, Héctor García, Irma Palacios, José Luis Cuevas, Joy Laville, Juan Soriano, Leonora Carrington, Lucinda Urrusti, Rogelio Cuéllar, entre otros.
Asimismo, se presentan libros de escritores como Gabriel García Márquez, Gustavo Sainz, Elena Poniatowska, Herbert Marcuse, Inés Arredondo, José De La Colina, José Emilio Pacheco, Juan Vicente Melo, Octavio Paz, Salvador Elizondo y Sergio Pitol.
“Para mí, una parte muy importante era mostrar los afectos, emociones que derivaron en su relación entre Monsiváis y García Ponce. Se exhiben obras de sus colecciones particulares y que se encuentran en la Biblioteca México, su vínculo con otros artistas como Borges, Rogelio Cuéllar, y los ensayos que realizaron sobre los diversos personaje literarios que marcaron una época”, explica González Amozorrutia.
Así, esta relación de amistad se fue forjando mientras acontecían algunos de los hechos más sobresalientes de la historia cultural y social de México del siglo XX. A través de los escritos, críticas, correspondencia literaria, ensayos y dedicatorias de ambos autores, se nutre esta línea del tiempo, que marca el antes y después en el arte nacional.
“Aunque ya se han organizado otras exposiciones en El Estanquillo con obra de Monsiváis, su colección es una fuente inagotable para revisar y repasar. Tenemos cuadros de Brian Nissen y piezas nunca antes exhibidas.
“La labor de Monsiváis es muy importante, sus crónicas son memorables, pues dan cuenta de su participación en todos los movimientos políticos y sociales, siempre tuvo una lucha continua. Su trabajo da cuenta de esta historia, una cronología de estos aspectos que tiene en el arte y sus protagonistas”, agrega.
Por su parte, Juan García Ponce, quien fue amigo durante casi toda su vida de Vicente Rojo, fue ensayista, crítico de arte y literato, abordando temas sobre el teatro.
“Ponce no sólo escribió temas sobre erotismo, que están en sus libros como Inmaculada, o Los placeres de la inocencia, también está su época en la creación teatral, cuando creó una relación de amistad con Humberto Bátiz, ambos crearon este universo, entre la lírica y crítica”, indica.
La muestra también permite ver la labor de estos artistas en el mundo de la traducción. Por medio de su trabajo muchas de las obras internacionales llegaron a México, expandiendo, comunicando y uniendo ideales y a varias generaciones de artistas.
“Durante décadas, Juan García fue traductor de El hombre unidimensional, de Herbert Marcuse, y Monsiváis de Michel Foucault, ellos fueron la guía para las traducciones que impactaron a nivel nacional”, puntualiza.
El inicio de las corrientes artísticas
Todas las piezas exhibidas dan cuenta de la evolución de los movimientos y vanguardias en el arte, y cómo se constituyeron en diversos momentos a lo largo de la historia. Asimismo, muestran cómo lograron inspirar y motivar a las nuevas mentes creativas.
Hilos conductores entre generaciones, saberes, pensamientos, luchas y sueños que se fueron heredando por medio del arte.
“Invito a las personas que la observen detenidamente, van a reconocer a estos creadores que en su momento influyeron en otros, porque el arte es una línea continua de creación, pero a la vez siempre es una ruptura”
“El valor de la exposición radica, principalmente, no sólo en estos dos personajes, independientemente de su obra, sino en cómo impactaron en el imaginario y en la creación en varias generaciones posteriores en el arte y la literatura”, señala el curador.
Ejemplo de ello es la exhibición de “La aventura del más acá”, pintura de Roger von Gunten realizada ex profeso para esta muestra como un homenaje a su amigo Juan García Ponce.
“Los creadores actuales reciben las influencias y testimonios de los artistas que fueron creando un eco. Para mí no hay mejor homenaje que mostrar estas obras, señalar que en su momento fueron la vanguardia, pero que también se constituyeron a lo largo del tiempo obras artísticas monumentales en los creadores de esa época como Manuel Felguérez, del desarrollo de obra plástica, el muralismo nos da cuenta de la evolución del arte”, reflexiona Amozorrutia.
