Maíz presente, indígenas olvidados

En el documental “Maíz en tiempos de guerra” el cineasta Alberto Cortés entra de lleno al campo mexicano con familias de etnias huicholas, mixes y tsetsales exponiendo dos realidades, que se busca preservar los granos autóctonos pero estos pueblos no están en la agenda de candidatos presidenciales ni en la mira del Estado
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
Comparte esta nota

[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_l9ptp1qg” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] En el ejido San Sebastián Bachajón en Chabán, Chiapas los hombres suben cuesta arriba con agua en sus espaldas, se sitúan estratégicamente en distintos puntos del campo que yace seco e inician un ritual milenario que persiste hasta hoy, la roza y quema.

Así como estos agricultores, otras técnicas como la yunta y el desmonte son aplicadas con un mismo propósito, sembrar maíz, haciéndolo además como se ha preservado tradicionalmente por sus familias.

Estos retratos de distintas latitudes y realidades mexicanas fueron capturados por el cineasta Alberto Cortés en el documental “Maíz en tiempos de guerra”, en el que estas personas del campo no cuentan con ningún apoyo por parte del gobierno para subsistir, ellos salen adelante por su propio pie solo con la siembra del cereal.

La película se estrena el 2 de febrero en la Cineteca Nacional y salas de arte, a partir del 8 de febrero será transmitido en TV UNAM

“El gobierno mexicano y toda la clase política tiene en el olvido la cuestión indígena (…) Si ves ahorita a todos los candidatos presidenciales –digamos oficiales que hay por aquí– ninguno tiene en su agenda esto, ninguno habla del maíz y del tema indígena”, comenta el realizador en entrevista para Reporte Indigo.

Hay un claro abismo para el director entre el Estado y estas comunidades que parecen inexistentes, este otro México que también es parte del país pero no de las estadísticas nacionales y que se esfuerza en continuar una tradición prehispánica.

“Creo que el interés de entender toda la cuestión de los pueblos indígenas está muy lejos del universo de nuestros gobernantes (…) ¿dónde empezó Meade su candidatura? En un pueblo indígena con los chamulas de Chiapas, pero de ahí en fuera se acabó“, ejemplifica Cortés.

El documental fue producido con alrededor de tres millones de pesos y estará en salas independientes y la Cineteca Nacional a partir del 2 de febrero, además de transmitirse en TV UNAM el 8 de febrero.

“Ellos no se sienten pobres”

Viven en casas de adobe o madera, cocinan con leña y apenas tienen luz eléctrica, lo que cosechan es su misma fuente de alimentación, haciendo tortillas y memelas, además del arroz, frijoles, tomates o quelites que se encuentran en la vegetación.

Al ver que carecen de una televisión o los lujos urbanos a los que se encuentra acostumbrado el mexicano citadino promedio, se podría pensar que viven en situación de pobreza, pero Cortés dice que ellos no se ven a si mismos de esa manera.

“Viven de una manera plena en unos lugares que son impresionantemente bellos y que hay una interacción y es vivir de esa manera, pero no pienso que se sientan pobres”, reflexiona el documentalista que pasó un año también en las comunidades huicholas y mixes de Jalisco y Oaxaca respectivamente.

“El gobierno mexicano y toda la clase política tiene en el olvido la cuestión indígena (…) Si ves ahorita a todos los candidatos presidenciales –digamos oficiales que hay por aquí– ninguno tiene en su agenda esto, ninguno habla del maíz y del tema indígena”
Alberto Cortés Cineasta

Estas familias defienden legítimamente el seguir sembrando su maíz, negándose a que entren semillas transgénicas que deterioren la tierra y hagan desaparecer a los granos que se preservan de manera natural en México.

El sabor del campo

Al ver el documental lo primero que despierta en el cinéfilo es su sentido del gusto, se antoja el elote solo de verse desgranar o moliéndose para estar listo en harina y degustarse como tortilla, además cuando se prepara a cuadro el pozol –bebida a base de maíz pulverizado y agua– se antoja para mitigar la sed.

Un platillo que llama la atención al ser cocinado ante la cámara es el Mä”tsy con el cual son tortillas regordetas y grandes que al unirse para después compactarse en el comal son bañadas en una salsa de tomate verde.

Cortés confiesa que probar una tortilla de campo, no se equipara con ningún otro sabor que provenga de la ciudad, inclusive se discute de cual es mejor.

“Yo creo que la de Chiapas, porque hay algo muy entrañable de toda esa zona para mí y ese maíz es muy especial y tiene un gran sabor. Pero también los mixes que tienen un maíz rojo impresionante y son unas tortillas grandes… yo creo que es difícil definir”, confiesa el artista.

Dos millones de pesos fue el presupuesto aproximado para realizar el documental

Se podría pensar que estas comunidades cosechan para vender su producto, la realidad es que la mayoría de su maíz es para auto – consumo, el cual preservan con cal y lo almacenan para todo el año.

Venciendo la barrera del lenguaje

Para Cortés no fue difícil el comunicarse con ellos ya que muchos de ellos son bilingües, por lo que les preguntaba en español y contestaban en su lengua nativa, pero el problema se vino al momento de subtitular la película.

Acto de racismo

El director recordó que el presidente Enrique Peña Nieto pronunció ante la ONU en 2016 que México es un país mestizo, lo cual en su consideración segrega a todos aquellos que siguen siendo de etnias particulares.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil