‘Mamá’ aquí y en China
El símbolo de amor y ternura que representa una madre no es lo que explica por qué todos los bebés dicen “mamá” en sus escasos meses de vida.
Esta palabra, pronunciada de forma similar en cada rincón del planeta Tierra, tiene los recursos lingüísticos idóneos para facilitar las primeras vocalizaciones de un ser humano.
Así lo estableció el lingüista ruso Roman Jakobson en su teoría universalista sobre el proceso de adquisición del sistema fonológico en los niños, publicada en su clásica obra “Lenguaje infantil, afasia y leyes fonéticas generales”, en 1941.
Eugenia RodríguezEl símbolo de amor y ternura que representa una madre no es lo que explica por qué todos los bebés dicen “mamá” en sus escasos meses de vida.
Esta palabra, pronunciada de forma similar en cada rincón del planeta Tierra, tiene los recursos lingüísticos idóneos para facilitar las primeras vocalizaciones de un ser humano.
Así lo estableció el lingüista ruso Roman Jakobson en su teoría universalista sobre el proceso de adquisición del sistema fonológico en los niños, publicada en su clásica obra “Lenguaje infantil, afasia y leyes fonéticas generales”, en 1941.
De acuerdo al trabajo de Jakobson, el bebé comienza a vocalizar con una vocal abierta, que suele ser la “a”. Y las primeras consonantes con las que suele experimentar son “labiales”, como “m”, “p” y “b”.
Pero antes que “papá”, la primera palabra que se forma es “mamá”. ¿La razón? El sonido de la “m”, una de las consonantes que se articula con los labios, es el más sencillo que puede balbucear un bebé al ser amamantado por su madre.
“Incluso como adultos, todavía asociamos ‘mmm’ con algo muy bueno y delicioso. Lo mismo sucede en el caso del bebé”, escribe Therese O’Neill en The Week.
En breve, para un bebé la palabra “mamá” no significa otra cosa más que alimento.