Marabunta, el café con sorpresas
Las personas que visiten la cafetería pueden encontrar a escritores presentando sus libros o una lectura de poesía
Fernanda Muñoz[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_cvm8wzrz” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”56.25%” /]
Marabunta es el lugar perfecto para leer y beber café. Cuando una persona entra a esta cafetería, ubicada en Miguel Ángel de Quevedo, Coyoacán, se encontrará con libros que tal vez no había visto antes, de editoriales pequeñas. Y mientras espera a que su bebida esté lista, puede hojear las publicaciones que el sitio resguarda.
“Nos juntamos un pequeño grupo de amigos y se nos ocurrió abrir una cafetería, pero también que tuviera una librería sobre todo con editoriales independientes; y en medio de esa dos situaciones, de lo que permite el café y los libros, realizar eventos como lecturas de poesía, conversatorios, algo de música”, cuenta a Reporte Índigo uno de los fundadores de Marabunta, José María Castro.
José asegura que gracias a coincidencias de la vida, él encontró a ese pequeño grupo de amigos, jóvenes con intereses diferentes, pero con algo en común: las ganas de hacer que sus objetivos se hagan realidad.
El también antropólogo explica que cuando ya era un hecho que tendrían el local, acordaron que cada uno se haría cargo de una parte de Marabunta. A José, por ejemplo, le tocó cuidar de la pequeña librería, por lo que decidió contactar a diferentes editoriales con el fin de también vender los libros al público.
“Los materiales se pueden consultar. Generalmente la gente viene por un café y le echa un ojo a las cosas que hay, a veces sin pensar en que iba comprar un libro. Y también hay veces que puede ser sorpresivo para la gente que llegue y haya una discusión sobre algún tema de la Ciudad, una lectura de poesía o música”, explica Castro.
Respecto a los eventos, en ocasiones José María y sus amigos proponen algunos nombres de escritores o músicos, y en otras son los artistas u oradores los que les piden hacer lecturas de varios poetas o presentar alguno de sus libros.
Marabunta tiene una esencia hogareña. Al entrar, tras pasar por un ventanal cubierto de estampas con diferentes formas, los visitantes se encontrarán con mesas largas de madera, pequeños sillones y una barra principal donde se pueden pedir los cafés, chocolates y panes, todo elaborado con ingredientes locales.
Respecto al nombre, José María cuenta que decidieron Marabunta por los múltiples significados que tiene esta palabra.
“Lo pensamos un poco por el significado de la ideología principal, que son las hormigas del que juntas se pueden comer toda una selva”, asegura Castro, quien admitió que quisieron comparar a los insectos con las actividades de los capitalinos.