Mejores candidatos, mejores empleados

El proceso de llenar un puesto de trabajo es tan frustrante para los reclutadores como para los candidatos, y no solamente por el estrés inherente a la búsqueda de empleo.

Con frecuencia los empleadores tienen que escanear cientos de curriculums, además de que ponerse en contacto con los potenciales empleados se complica si estos no viven en la ciudad sede de la empresa, o si el horario de su trabajo actual interfiere con la posibilidad de asistir a entrevistas.

"Lo que  hace (la plataforma) Screenie es poner a todos los candidatos en un solo lugar, en el que se les puede filtrar y calificar"
Ken FreiCEO de Screenie

El proceso de llenar un puesto de trabajo es tan frustrante para los reclutadores como para los candidatos, y no solamente por el estrés inherente a la búsqueda de empleo.

Con frecuencia los empleadores tienen que escanear cientos de curriculums, además de que ponerse en contacto con los potenciales empleados se complica si estos no viven en la ciudad sede de la empresa, o si el horario de su trabajo actual interfiere con la posibilidad de asistir a entrevistas.

Dos empresarios estadounidenses, Ken Frei y Trent Staheli, se dieron cuenta de este problema, y hace poco más de un año lanzaron Screenie, un sistema de reclutamiento que ayuda a encontrar a los candidatos que se ajustan a los criterios que busca la compañía, y facilita el contacto con ellos a través de entrevistas grabadas.

“Típicamente los empleadores ponen la descripción del puesto en varias bolsas de trabajo, y reciben muchísimas respuestas”, explica Frei, CEO de la empresa, en entrevista para Reporte Indigo. 

“Lo que Screenie hace es poner a todos los candidatos en un solo lugar, en el que se les puede filtrar y calificar”, dice.

Para crear la plataforma, recurrieron a Ryan Kohler, creador del software Applicant Pro y ahora “alucinador en jefe” –o gurú del reclutamiento– de Screenie.

En Estados Unidos, la plataforma de Frei y Staheli agregó la posibilidad de hacer entrevistas grabadas al programa de Kohler. En México, fue necesario partir desde cero.

Al rescate del tiempo

El proceso de aplicar un trabajo a través de Screenie es muy sencillo. El candidato da click a un botón para comenzar la aplicación en línea, contesta algunas preguntas creadas por la empresa que tiene la vacante y, si pasa esa primera etapa, realiza una entrevista grabada o en persona.

Para las entrevistas grabadas, cuenta con tres opciones distintas: grabar con la cámara de su computadora, recibir una liga en su smartphone para contestar desde ahí, o pedir una llamada telefónica que grabará sus respuestas.   

“Hemos notado que los candidatos suelen estar muy nerviosos con la primera pregunta, y en ocasiones cambian de posición o lugar, y para la última pregunta ya están más cómodos y demuestra al empleador que son mucho más que una hoja de papel”, afirma Kohler.

Esta característica, además, permite que varios miembros del equipo que toma las decisiones de contratación puedan conocer al candidato.

“En lugar de hacer una junta para discutir sobre los candidatos, pueden hacerlo desde cualquier lugar, colaborar, compartir notas y decidir quiénes van a ir a una entrevista personal, sin tener que coordinar sus horarios”, asegura Staheli, CTO de Screenie.

Pero, para las empresas, la verdadera aventura comienza en el momento de elaborar el cuestionario.

Screenie da a los empleadores dos métodos que ayudan a determinar quién pasa a la etapa de entrevistas. 

Primero, pueden incluir ciertas preguntas en la aplicación que aumentan las probabilidades del candidato para pasar a la siguiente etapa.

Y como segundo método, existe un sistema de puntos: a más puntos, más deseable la respuesta.

Sin embargo, lo más importante para aprovechar las capacidades de la plataforma Screenie es tener claro el perfil que necesitan para el puesto.

“Es necesario que sepan a quién están buscando”, dice Frei. “Deben tener comunicación para saber cómo es un candidato exitoso”.

El nuevo trabajador ideal

Los criterios que las empresas usan para contratar han sufrido un cambio drástico durante los últimos años.

Para empezar, los empleadores ya no buscan que los candidatos tengan ciertos conocimientos –aunque estos sí son valorados– sino que cumplan con criterios de personalidad específicos. La información puede enseñarse, pero la forma de trabajar y la manera de afrontar los problemas son asuntos más complicados.

Entre las características más codiciadas en un trabajador se encuentran la proactividad, la autonomía y la pasión. 

Aunque está claro que en algún momento la capacidad de seguir instrucciones fue sumamente importante, ahora son los que saben actuar, afrontar riesgos y tomar la iniciativa los que llevan la delantera.

Para complementar esto se busca inteligencia, liderazgo, ambición y confianza en sí mismo, además de algunas cualidades que no pierden vigencia: la honestidad, la ética, el trabajo duro y el cuidado con los detalles.

La transformación de las expectativas en un empleado ha sido tan grande, que las empresas han tenido que adaptarse para que los candidatos que buscan se sientan cómodos siendo parte de ellas.

Esto es especialmente notorio en términos de flexibilidad. Las empresas ya no prefieren empleados dispuestos a cumplir con reglas que en algunas áreas son irrelevantes –como un horario fijo o un código de vestimenta–, así que con frecuencia descubren que los candidatos que quieren –los que tienen iniciativa, inteligencia y pasión– buscan un lugar de trabajo que no las imponga.

La consecuencia es el auge de las oficinas abiertas, las evaluaciones de desempeño por proyectos y un ambiente informal, aunque profesional, generalizado.

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