De acuerdo con Ignacio de Pinedo, fundador de la Escuela de Negocios y Tecnología ISDI, México se encuentra en el momento indicado para la creación de nueva tecnología, pues la digitalización es la puerta de entrada para que las innovaciones nativas, de Iberoamérica y de Latinoamérica, lleguen, además de que tiene el potencial para aprovecharlas en su beneficio.
“En los últimos 10 años hemos visto un boom de inversión en innovación y tecnología que se está capacitando con la creación de nuevas empresas y emprendimientos que atienden necesidades actuales. El contar con estos nuevos medios permite pensar que estamos listos para hacer una transformación en el país”, precisó Pinedo durante la presentación del Centro de Aceleración Digital de ISDI en CDMX.
Con motivo de esta inauguración se realizó la mesa El futuro es hoy: Cómo acelerar la digitalización en México, en la que participaron el diputado Javier López Casarín, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados; Moís Cherem, CEO de la EdTech BEDU y Miguel Alegre, CEO de ISDI México.
Los especialistas coincidieron en que, para mantener el desarrollo tecnológico y de innovación en México, es necesario fortalecer la convergencia entre sector público, privado y la academia, además de generar entornos para que los fundadores o directivos de otras startups influyan en nuevas empresas.
Cambios a raíz de la pandemia
Después del periodo del confinamiento, México y el mundo se enfrentan a mayores desafíos en materias educativa, de empleo y seguridad, además se añaden nuevos retos, producto de la era del conocimiento, lo que implica el uso de la robótica, la inteligencia artificial y la administración de datos y plataformas digitales.
Por ello, Miguel Alegre comenta que las inversiones en tecnología para México se encuentran en un momento propicio para cambiar la realidad del país en este sector, pero para aprovechar ese impulso en los emprendimientos, estos deben entender las necesidades del mercado y aportar a la transformación en la era digital del país y evitar sea sólo una nación de tránsito.
“La misión de México en esta tesitura no es limitarse al sitio por el que pasa todo esto, sino que todo lo que ocurra crezca, priorizando su permanencia; es decir, si sólo nos convertimos en sitio de tránsito, no estaremos aprovechando oportunidad de oro”, agregó Alegre.
Asimismo, el CEO de ISDI abundó en que la investigación juega un papel clave para desarrollar tecnología que ayude a los negocios y emprendimientos necesarios en la actualidad.
“Los negocios digitales van a pasar sí o sí, y se necesita una convergencia, discutir más, e interactuar y desarrollar estudios”, abundó el CEO.
Los retos para la digitalización en México
El diputado Javier López Casarín resaltó que esta evolución también generará un ecosistema digital consciente y preocupado por generar un impacto social y no sólo unos cuantos “unicornios exitosos”.
Incluso, indicó que se debe aspirar a que México sea un país con autosuficiencia tecnológica, así como generador e incubador de negocios.
“Nuestro país todavía no alcanza esa madurez para entrar con el capital de riesgo. Lamentablemente nuestras instituciones no tienen eso desarrollado, los capitales de riesgo que hay son extremadamente agresivos, en vez de entrarle a una alianza que la ves en otros espacios donde sí hay un crecimiento terminan arriba del 50, 60 por ciento, pero me parece que vamos en una buena ruta” precisó López.
También explicó que la ciencia y la tecnología deben tener una misión clara: el combate a la desigualdad. Si bien hay aspiraciones mundiales sobre la utilización de la inteligencia artificial, para el desarrollo del mundo digital también se requiere que se atienda la salud, educación, alimentación e igualdad de derechos.
López Casarín informó que se realizará una revisión y actualización profunda del marco normativo, además de impulsar una mejor ley que potencie el talento e innovación de la comunidad científica y tecnológica que implique bienestar social, desarrollo regional, empleo, mejor calidad de vida para los mexicanos, pues cree que la ciencia, la tecnología e innovación también construyen sociedades más democráticas y menos desiguales.
“Tenemos un mandato de ley de destinar el equivalente al uno por ciento del Producto Interno Bruto PIB, en la ciencia y tecnología, y esto se debe ir a los procesos de investigación y de desarrollo, lamentablemente, en nuestro país no llegamos ni al 0.4 por ciento. Esto tiene alrededor de 17 años, entonces hay una falta grave que no se ha podido cubrir.
“Sin embargo, el mayor porcentaje proviene del sector privado, por eso se deben generar más incentivos para que el sector privado modifique esta situación, en la manera en la que estamos haciendo negocios y se comience a crear estas investigaciones en nuestra economía digital”, indicó.
Los especialistas también coinciden que uno de los mayores generadores de cambios tecnológicos en México es la necesidad de cambiar “el chip” a un mundo de negocios digital.
En la actualidad, indicó Alegre, cuatro de cada 10 empleos disponibles son ocupados por personal especializado y capacitado.
“La demanda por personal calificado va en aumento, la pandemia lo dejó clarísimo, el comercio electrónico, la gran necesidad ahora como la ciberseguridad y no tenemos esos especialistas. Existe una sociedad que tiene trabajo, pero no tiene personal que pueda ocupar esas posiciones, necesitamos empresas que entiendan claramente qué necesitan para trabajar y estar a la altura de las necesidades, prepararnos y aplicar el conocimiento que reciben en el aula de manera inmediata”, abundó.
La mejor apuesta, aclaran, es que los programas educativos deben cambiar de los tradicionales, deben ser ágiles, con capacitación permanente y vayan de acuerdo a las necesidades de las empresas.
“Las carreras ya no pueden ser de cinco años y ese es un reto para las universidades: generar talento más rápido y especializado para la transformación. Es un asunto que no se puede solucionar con aprendizaje repetitivo, sino con aprendizaje constante”, puntualizó Alegre.