¿Morbo o desahogo?

Peleas callejeras entre estudiantes, disparos de policías hacia hombres de raza negra… Es garantía que los videos que muestran contenido violento se harán virales. 

Aunque el morbo es lo primero que se suele venir a la mente al pensar las razones por las cuales un video violento atrae a tanta audiencia, la escritora científica Kate Wheeling alude en Pacific Standard al trabajo de los autores del libro “Violencia y agresión en concursos deportivos”, R. Todd Jewell, Afsheen Moti y Dennis Coates.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Peleas callejeras entre estudiantes, disparos de policías hacia hombres de raza negra… Es garantía que los videos que muestran contenido violento se harán virales. 

Aunque el morbo es lo primero que se suele venir a la mente al pensar las razones por las cuales un video violento atrae a tanta audiencia, la escritora científica Kate Wheeling alude en Pacific Standard al trabajo de los autores del libro “Violencia y agresión en concursos deportivos”, R. Todd Jewell, Afsheen Moti y Dennis Coates.

Kate argumenta que una posible explicación podría estar en la naturaleza de los deportes que, desde la antigüedad hasta hoy, comparten el ingrediente de la violencia.

En el libro, los autores analizan el comportamiento desde los aficionados, los dueños del equipo y ejecutivos de la liga hasta los jugadores. 

Una de sus teorías sobre porqué nos gusta ser espectadores de concursos deportivos agresivos como el box y la lucha libre, por ejemplo, plantea que observar es catártico, pues se libera la “energía destructiva” que los humanos acumulan en su interior durante cierto periodo.

“(…) entre más violento sea el deporte, mayor será el placer recibido tanto para el participante como para el espectador”, señalan los autores. 

Por su parte, la “teoría de la dominación” sostiene que como espectadores, podemos vivir y sentir a través del participante, mientras tenemos la tranquilidad de que solo estamos viendo violencia, por lo que no sufriremos las consecuencias de quienes sí la ejercen. 

Y es que el problema es que el acto de ver una y otra vez imágenes violentas, una oportunidad favorecida con la llegada de las redes sociales, contribuye a normalizar la violencia. 

El psicólogo Brad Bushman, reconocido especialista en agresión humana y manejo de la ira, dice en The Guardian que “es perjudicial mostrar continuamente imágenes violentas. (Ver violencia) hace que las personas pierdan sensibilidad al dolor y sufrimiento de otros” en situaciones de violencia en la vida real. Es lo que Bushman llama “desensibilización fisiológica” o disminución de la excitación fisiológica (baja el ritmo cardíaco, por ejemplo).

Para Bushman, no hay necesidad de que los medios de comunicación muestren repetidamente la cobertura de incidentes violentos.

“Una vez que las personas las han visto por primera vez, eso es suficiente”.

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