El alto índice de obesidad y sobrepeso y las enfermedades derivadas en la población mexicana no son el único reto de la salud pública en esta materia.
Esta problemática se ha convertido en una epidemia en México, donde 70 por ciento de los adultos son obesos o tienen sobrepeso. Y donde uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT).
También es bien sabido que el país ocupa el segundo lugar en sobrepeso y obesidad entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), seguido de Estados Unidos. Y el primer lugar mundial en obesidad infantil. Y existe otro problema: el país escasea de nutriólogos, lo que hace aún más compleja la tarea de atacar esta epidemia.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), existe un promedio de 2.4 especialistas en nutrición por cada mil habitantes.
Otro detalle es que estos profesionales tienen poca presencia en las instituciones públicas de salud donde realmente se les necesita, dijo a la BBC Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
La mayoría se concentra en hospitales o en farmacias privadas, cuando son las personas de escasos recursos quienes más sufren obesidad o sobrepeso, explicó Curiel.
Por otro lado, la desnutrición infantil ha ido en descenso en los últimos años y el problema no deja de ser grave en algunas regiones del país.
Según la Unicef, la desnutrición crónica —medida en base a la talla con respecto a la edad– es de 7.25 por ciento en niños de entre cinco a 14 años que radican en las poblaciones urbanas. Esta cifra se duplica en las zonas rurales.
Además, “el riesgo de que un niño o niña indígena se muera por diarrea, desnutrición o anemia es tres veces mayor que entre la población no indígena”, señaló el organismo.
Curiel advirtió que la huella que deja la obesidad en los menores es siete veces mayor a la que deja la desnutrición en los primeros años de vida.
Y no basta con fomentar la actividad física, los hábitos de alimentación saludables y una visita al médico, que son algunas de las acciones que forman parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes.
“Lo que se trata es que antes de llegar a la consulta médica haya acciones preventivas, y en eso hay todo un campo donde el nutricionista tiene un papel central”, dijo Curiel.
‘En los zapatos’ de un obeso
Un equipo de profesionales de la salud del Hospital City de Peterborough, en el Reino Unido, portó un traje con un peso de seis kilos, para entender a los pacientes que padecen obesidad mórbida y, con ello, mejorar su tratamiento. La problemática de obesidad y el sobrepeso también se ha agudizado en el Reino Unido.
El traje da al usuario la sensación de pesar 254 kilos, a la vez que restringe sus movimientos.
A la fecha, mil personas se han sometido a este entrenamiento, que tiene el objetivo de “crear conciencia sobre las limitaciones de movilidad de las personas con obesidad”, según un video de la BBC.
La vestimenta también apunta a disminuir los accidentes que puede sufrir el personal y los pacientes, cuando se moviliza a quienes sufren obesidad, cuyo peso oscila entre los 220 y los 285 kilos. Un paciente llegó a pesar 349 kilos.
“Esta es la primera vez que me acuesto con traje y me siento muy incómoda con el peso sobre la espalda, me cuesta respirar”, expresó al usar el traje Julie Tebb, del equipo de movimiento y transferencia de pacientes del hospital inglés.