El ambiente era de tensión y emoción por igual hace un año, Roma (2018) película adquirida por Netflix, de Alfonso Cuarón, llegaba a las premiaciones hollywoodenses con la incertidumbre de si podría arrasar en los Globos de Oro y, sobre todo, en la celebración mundialmente conocida por excelencia, los premios Oscar, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS por sus siglas en inglés).
Netflix está cediendo ante ciertas necesidades de los autores y eso también está permitiendo abrirse brecha a un nuevo horizonte
Pero la película que fue adquirida por Netflix, aunque fue nominada en 10 categorías de los Oscar, sólo logró llevarse tres estatuillas, Mejor Dirección, Mejor Película Extranjera y Mejor Cinefotografía, todas siendo recogidas por Cuarón, ya que él fue el director, productor y cinefotógrafo de la cinta.
El premio a Mejor Película fue para Green book: una amistad sin fronteras, que fue producida por compañías como Participant Media y DreamWorks Pictures, entre otras, que son completamente estadounidenses; además su distribución corrió por Universal Pictures, estudios reconocidos entre la industria fílmica, lo que marcó una gran diferencia con Netflix.
Sin embargo, la plataforma digital empezó a gestar desde la ceremonia de este año de la AMPAS a su nueva carta de presentación para competir en 2020, ya que entre los comerciales televisivos se apreció el tráiler que anunciaba el estreno en invierno de su nueva producción, El irlandés, que es dirigida por Martin Scorsese.
“Con El irlandés, cuando finalmente logramos que Netflix se comprometiera y le entrara, fue su proyecto más ambicioso, porque es la vez que le han dado más recursos para hacer una película, nunca le habían dado tanto, y eso le permitió trabajar como a él le gusta, con total libertad”, explica Gastón Pavlovich, co-productor mexicano de El irlandés, en entrevista para Reporte Índigo.
Esta es la segunda ocasión en la que Pavlovich se suma al equipo de Martin Scorsese
La cinta que tiene una duración de 209 minutos comenzó una corrida comercial limitada el 1 de noviembre en Estados Unidos, y ahora llega a México en el mismo formato de salas alternativas, justo como lo hizo Roma hace un año.
“Aunque la tendencia sí va hacia esto, a buscar el Oscar sí o sí, creo que el fenómeno de lo que vimos el año pasado con Roma y lo que puede llegar a generar esta nueva película, es que Netflix está cediendo ante ciertas necesidades de los autores y eso también está permitiendo abrirse brecha a un nuevo horizonte; películas como El irlandés, que terminan exhibiéndose en cines, hablan de una urgencia que debe haber, una convergencia, entre distribuir en plataformas y salas”, expresa el crítico fílmico Gonzalo Lira Galván.
Todo parece indicar que Netflix está decidido a ganar el Oscar a Mejor Película a como dé lugar, hasta obtener un espacio entre los grandes estudios hollywoodenses y ser reconocido como tal; entonces, ¿la plataforma está dispuesta a arriesgarlo todo para ganar esta y otras estatuillas?
“Sí lo creo, primero, porque el tipo de película que van a ver pronto sí lo amerita en su calidad, su guión, su actuación y ni se diga de su dirección, más la historia en sí misma. Se tienen fílmicamente los méritos para ser considerada, mínimo nominada, tenemos una gran expectativa para eso, Netflix quiere comprobarle al mundo que no son sólo una plataforma de consumo, sino un auténtico estudio de cine y de co-producción de contenido”, afirma Gastón.
Pavlovich fundó la casa productora Fábrica de cine y ofreció financiar el largometraje de Scorsese con 100 millones de dólares (MDD), el presupuesto total fue de 159 MDD aproximadamente, y Netflix terminó por absorber los costos de producción.
El irlandés está basada en el libro I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt, de 2004, y se adentra al periodo histórico-político neoyorkino de mitad del siglo XX, centrándose en el polémico personaje Frank Sheeran (Robert De Niro), quien supuestamente era un matón a sueldo y pudo haber asesinado a Jimmy Hoffa, hombre cercano al presidente Richard Nixon.
¿Y la estatuilla es para México?
Esta es la segunda ocasión en la que Pavlovich se suma al equipo de producción con Scorsese, después de haber participado como co-productor en Silencio (2016), Si acaso el nuevo largometraje pudiera ser nominado a Mejor Película y llegara a reclamar el galardón, ¿se podría considerar que esta es una cinta de origen mexicano?
Sí hay un productor mexicano, pero no se le considera una producción mexicana, por la cantidad de otros productores que hay y que han estado ahí, se le va a dar su lugar por encima de mí a Scorsese, a De Niro, a Jane Rosenthal, a Emma Tillinger Koskoff, las dos productoras que trabajan para ellos; entonces, no es como tal mexicana la producción
Gastón también comparte que su casa productora no entra en los créditos de El irlandés, esto fue parte del trato que Netflix tuvo con Pavlovich, además de mantener en confidencialidad el acuerdo económico al que se llegó para la financiación final de la cinta de Scorsese.
“Fábrica de cine como empresa o productora no entra, fue parte del acuerdo que hicimos con Netflix, entonces, no hay una productora mexicana detrás de esta película; sin embargo, hay un productor”, dice, vía telefónica, el co-productor.
Lira Galván observa que al estar Pavlovich en un crédito de co-productor, aunque no sea principal, lo posiciona a futuro para seguir marcando su labor profesional dentro de la industria fílmica estadounidense.
“Creo que lo que está haciendo Gastón es apostar por él, hacerse un nombre, y con ello llevar su empresa sobre los hombros, pero ya él como la figura, el rostro. No es tímido al decir que su aportación al cine es desde el punto de vista de los negocios”, expresa el especialista de cine.
