El boicot sexual es un método de resolución de conflictos utilizado por siglos, desde la obra “Lisístrata” que el dramaturgo griego Aristófanes presentó en el 411 a.C, hasta la invitación que Josefina Vázquez Mota hizo a las mujeres mexicanas de negar el “cuchi cuchi” a los esposos que no votaran por su partido, en el 2012.
Las últimas en aplicarlo son un grupo de activistas y periodistas ucranianas, que exhortan a sus compatriotas a no tener sexo con hombres rusos como protesta por la anexión de la región de Crimea al país gobernado por Vladimir Putin.
La campaña se llama “No se la des a un ruso” y la ilustran un par de manos acomodadas para simular la forma de una vagina.
Las creadoras del movimiento, lideradas por Katerina Venzhik, editora del sitio de noticias Delo.ua, afirman que la huelga de sexo es solo una forma de dar a conocer las injusticias cometidas por Rusia en su país.
“No queremos ofender a los rusos, pero hacemos un llamado provocativo para que la gente se dé cuenta del caos que estos han hecho en Crimea: secuestrar, violar los derechos, impedir que los periodistas hagan su trabajo”, explica Venzhik en la página de Facebook de la iniciativa, que tenía poco más de mil Likes al cierre de esta edición, y había recibido tanto mensajes de apoyo como de crítica en su muro.
La campaña también tiene fines caritativos: el dinero obtenido por la venta de camisetas con su logotipo, que se pueden conseguir a través de Facebook, será destinado a cubrir las necesidades del ejército de Ucrania.
De acuerdo con Venzhik, no es la primera vez que se involucra con una causa política. Hace un año lanzó la campaña “Finding Made in Ukraine”, que promueve la compra de bienes producidos en Ucrania en lugar de los importados de Rusia. La periodista lo llama “patriotismo económico”.
“La situación el país requiere soluciones de alto perfil”, responde a cuestionamientos sobre lo radical de su iniciativa. “Creemos que en el contexto de una ocupación militar de nuestro territorio, es tonto decir que todos los hombres son hermanos (…). Necesitamos gritar al mundo que el diálogo ha llegado más allá de los ministros y diplomáticos, hasta las personas ordinarias y los periodistas”.
En una de las publicaciones de la página de Facebook, la agrupación invita a las mujeres rusas a unirse con una frase que es, quizá, la más provocativa de todas: “Nuestros hombres siguen en casa, pero los suyos parecen estar a punto de ir a la guerra”.