Nos encantan los churros

¿A qué vas al cine? ¿Cómo eliges qué película vas a ver? ¿Qué te motiva para pagar un boleto y no buscar opciones de series o cintas en Netflix?

Tu respuesta puede ser para entretenerte, divertirte, distraerte o bien, porque invitaste a una cita.

Cuando se trata de cine mexicano actual, la oferta oscila entre dos sopas: el narcotráfico (y todas las temáticas que lo rodean), y la comedia romántica folklórica.

Así, propuestas independientes nacionales se quedan en el olvido y/o en las muestras y festivales que ni se acercan a la distribución comercial.

Antes, el cine mexicano contemporáneo estaba representado en la taquilla global por producciones de la talla de “Como agua para chocolate”, “Cilantro y Perejil”, así como “Presunto culpable”.

Hoy, las cintas que llenan las salas y logran que las producciones mexicanas (algunas con colaboraciones internacionales) se mantengan durante varias semanas en la cartelera son “Nosotros los Nobles”, “No se aceptan devoluciones” y “¿Qué culpa tiene el niño?”.

De hecho, “¿Qué culpa tiene el niño?” está por formar parte de la lista de películas más taquilleras del cine mexicano obteniendo ingresos por encima de los 192 millones de pesos.

Y eso prueba que todo indica que el mexicano quiere ir a divertirse, a reírse con tramas simples y que busca entretenimiento similar al que proporcionaba la televisión antes de ser destronada por la Red.

Inclusive algunas tramas son consideradas “copias” de otras producciones y fórmulas baratas que ya ha explotado Hollywood, con la diferencia de que se le agrega uno que otro toque de folklore mexicano.

Mientras que el hecho de que celebridades de la TV mexicana migren a la pantalla grande, también influye para que la película tome tal o cual rumbo.

Eugenio Derbez (quien dirigió y protagonizó “No se aceptan devoluciones”) sigue firme en su lugar de la televisión nacional, pero también se ha ganado ya un espacio en Hollywood.

Y en “¿Qué culpa tiene el niño?”, la actriz Mara Escalante aparece con un personaje que se asemeja a Doña Lucha, que es una parodia de la clásica madre mexicana.

La ventaja de este fenómeno “churrero” es que los mexicanos “están volviendo a las salas y eso podría, en el mediano plazo, generar audiencias para otros géneros del cine en México, que ya se hacen en el país pero que aún no son populares”, como dice Sonia Corona de El País.

Al derecho y al Derbez

Aunque en 2014 el mexicano Eugenio Derbez aseguró que el cine no era un buen negocio, al día de hoy se erige como una figura talentosa tanto en México como en Hollywood.

En aquella ocasión comentó en entrevista con Forbes México que “no invertiría en cine. Creo que son contados los inversionistas que han recuperado en el cine mexicano. Felizmente hubiera dicho ‘le apuesto a mi película’, pero el esquema es tan injusto, tan terriblemente injusto que tienes un 90 por ciento de probabilidades de perder y un 10 por ciento de ganar. Es muy arriesgado producir cine en México”.

Para que su ópera prima (“No se aceptan devoluciones”) se convirtiera en la película mexicana más taquillera de todos los tiempos, Derbez requirió un financiamiento de 5.5 millones de dólares (mdd).

Pese a que logró una audiencia de 20 millones de personas a nivel mundial y recabó mil 300 millones de pesos (mdp), el actor asegura que no está interesado en invertir en cine pues en México no existen las condiciones para esta industria”, indicó Nayeli Meza de Forbes México.

Y la productora de dicha película, Mónica Lozano, señaló que “fue muy complicado, nadie quería apostarle a una película escrita y dirigida por Eugenio Derbez. Tuvimos que vencer los prejuicios de inversionistas, equipo creativo y técnico sobre que iban a ser dirigidos por un hombre que venía de la televisión. Además, el costo de la película duplicaba el promedio de una película mexicana que cuesta 30 millones de pesos aproximadamente”.

Lozano agregó que “la película de Eugenio fue un caso excepcional, ya que logramos la reinversión. Lamentablemente el modelo del cine mexicano no es muy adecuado porque está controlado por muy pocas manos: el productor es el primero que invierte y el último que recupera”.

Sin embargo, hoy Derbez no sólo sigue haciendo cine (y participa en películas extranjeras como “Miracles from heaven”), sino que sus hijos han seguido sus pasos y cada vez es más común ver a Aislinn y Vadhir Derbez en producciones del séptimo arte.

De hecho, este verano se estrena “El tamaño sí importa”, protagonizado por Vadhir Derbez.

¿Qué es un churro?

Aunque en gustos se rompen géneros, hay cintas que son consideradas “churros” (o malas producciones), porque no tienen efectos tan elaborados o complejos, su guión es simple y no tienen elementos de arte.

Antes, al país llegaban “churros” de Hollywood y dominaban la taquilla a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, ahora los denominados “churros mexicanos” se roban la cartelera. ¡Y no sólo nacional sino mundial!, por encima de esos filmes hollywoodenses.

La propuesta mexicana

Algunas de las cintas más taquilleras del cine mexicano contemporáneo son:

>“Como agua para chocolate” (1992)

>“Sexo, pudor y lágrimas” (1999)

>“El Crimen del Padre Amaro” (2002)

>“Presunto culpable” (2008)

>“El infierno”  (2010)

>“Nosotros los Nobles” (2013)

>“No se aceptan devoluciones” (2013)

>“La dictadura perfecta” (2014)

>“¿Qué culpa tiene el niño?” (2016)