Por amor a París

En solo cinco años el paisaje del río Sena, en París, se ha transformado. Donde antes había solo puentes, ahora miles de candados con iniciales y fechas escritas con marcador permanente forman paredes de hierro. De ser recordatorios del amor de miles de parejas que han visitado la ciudad, se han convertido en un peligro para la infraestructura. 

O al menos así lo denuncia la iniciativa “No love locks”. 

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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En solo cinco años el paisaje del río Sena, en París, se ha transformado. Donde antes había solo puentes, ahora miles de candados con iniciales y fechas escritas con marcador permanente forman paredes de hierro. De ser recordatorios del amor de miles de parejas que han visitado la ciudad, se han convertido en un peligro para la infraestructura. 

O al menos así lo denuncia la iniciativa “No love locks”. 

“En 2008, candados de amor colocados a un puente para simbolizar el amor eterno comenzaron a aparecer en el Puente de las Artes en París”, explica Lisa Anselmo, quien encabeza la campaña para que los remuevan. 

“La tendencia se ha extendido y presenta problemas por el costo del mantenimiento, daño ecológico y la degradación de estructuras históricas”, dice.

De acuerdo con Anselmo, la única preocupación de los miembros del grupo es proteger la belleza de la ciudad y rechaza que se trate de un ataque al amor o al romance.

Para llamar la atención del que fuera el alcalde parisino Bertrand Delanoë, e invitarlo a prohibir la práctica, se creó una petición en el sitio Change.org, que al cierre de esta edición tenía cerca de 2 mil 500 firmas.

“Solo medidas legales darán a la ciudad el poder de hacer un cambio verdadero. Así que pido al alcalde que actúe y prohíba que los candados se pongan en puentes o cualquier monumento, barda o estructura pública”, subraya Anselmo en la petición.

A pesar del apoyo que ha recibido, no todos están de acuerdo con su postura. Adam Driver, un joven que formó parte de la tendencia, encuentra triste la idea de una prohibición.

“Creo que los puentes se ven maravillosos. Es algo que tienes que hacer en París. Es icónico, y sería una pena perder todos esos candados, que tienen recuerdos de tantas personas”, declara en The Guardian.

Los creadores de “No love locks” entienden su posición, pero se mantienen firmes.

“Comprendemos que los viajeros quieren dejar su marca en París, es conmovedor”, expresa Anselmo. 

“Pero muestren su amor por la historia y por la belleza primero. Quizá no poner un candado es la mayor muestra de amor que pueden dar”, agrega.

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