A los 56 años, Luis Gerardo Sánchez tuvo siete infartos en un lapso de dos horas. Era 3 de mayo de 2012 y vivió los siguientes dos años con 12 por ciento del corazón funcionando hasta que le hicieron un trasplante de este órgano vital.
El paciente, quien fue atendido en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, cumplirá 64 años el próximo mes.
“Son siete años a partir de los infartos y me trasplantaron en 2014, en abril. Tengo cinco años y medio trasplantado y me siento de maravilla, esto es un milagro de una familia que quiso donar los órganos de su hijo”, comenta, en entrevista con Reporte Índigo.
Datos de la Secretaría de Salud federal indican que una de cada cuatro personas fallece por infarto agudo al miocardio. Por fortuna, ese no fue el caso de Luis Gerardo.
“El hecho de haber sobrevivido ya era una ventaja para mí. Estuve inconsciente casi dos meses y mi familia fue muy importante, porque estuvieron al pendiente. Seguramente mi subconsciente sí estaba registrando todo su apoyo y sus ganas de que sobreviviera”, dice respecto a su esposa e hijos.
Una enfermedad cardiovascular reduce siete años la esperanza de vida. Pero la oportunidad de recibir un corazón fue un nuevo comienzo para el paciente.
“Debido a que mi corazón no trabajaba adecuadamente me intervinieron de nuevo para hacerme un trasplante de corazón. Me dijeron que si quería me metían al protocolo de trasplante y me empezaron a hacer los estudios que yo necesitaba, y cuando llegó el día, renací. Después de haber recibido este órgano sigo todas las indicaciones de los médicos y llevo una vida más sana”, comparte.
El hecho de haber sido donador de sangre por varios años, lo llevó a pensar en la importancia de informar al respecto sobre este hábito.
“En la actualidad ya la gente le entiende un poco más desde las escuelas con las campañas, pero yo creo que podemos hacerlas más profundas para que haya más disposición de órganos. Tenemos culturas muy arraigadas de usos y costumbres”, lamenta.
Integrarse a la prevención de enfermedades del corazón
El paciente Luis Gerardo Sánchez se siente afortunado por haber sido un sobreviviente y por el órgano que recibió a pesar de no haber tomado medidas preventivas. Instituciones coinciden en que este es uno de los principales problemas del sistema de salud mexicano.
“No hay que esperar a que sucedan las cosas, es muy importante la medicina preventiva. Pero desgraciadamente no estamos acostumbrados aquí en México. Pensamos que no va a pasar y no es cierto, le puede suceder a cualquier persona, aunque aparentemente sea sana. Yo no tomaba mucho pero sí fumaba y tenemos que estar conscientes de que somos susceptibles y que debemos llevar una vida más sana”, menciona.
En entrevista con Reporte Índigo, el médico Carlos César Carrasco habla de los factores de riesgo que los pacientes pueden controlar a partir de medidas preventivas.
“El término cardiopatía trata de englobar a las enfermedades relacionadas con el corazón y el sistema vascular como la diabetes y la hipertensión arterial. De aquí se desprenden varias enfermedades y desgraciadamente no todos los pacientes llegan a tener un control”, explica.
El control de factores modificables como alimentación, ejercicio, sedentarismo, tabaquismo y sobrepeso podría ayudar a evitar la muerte prematura hasta en 25 por ciento para 2025.
“Esto es una proyección, si continúan los hábitos de la población es un escenario crítico porque la población está envejeciendo, es decir, habemos más gente adulta que joven en el país y más gente está enferma. Es imperativo y esencial que se puedan modificar todos estos factores de riesgo”, aconseja el doctor de Laboratorios Silanes.
A propósito, la edad es otro factor que cobra importancia en cuanto al padecimiento de una enfermedad cardiovascular. La población es más propensa cada vez más joven.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que de aquí a 2030, más de 23 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
El experto refiere que México cuenta con un sistema de salud que atiende todas las especialidades, existe un departamento de medicina preventiva y las instituciones colaboran entre sí. Sin embargo, el país se enfrenta al reto de realizar diagnósticos oportunos.
“Uno de los retos principales que tenemos es el diagnóstico, no podemos llegar a toda la población. Los mexicanos no estamos acostumbrados a un monitoreo constante, es decir, a acudir a una consulta médica por iniciativa propia hasta que no hay una sintomatología, cuando la prevención es la medida más económica”, señala.
Con el objetivo de que la gente tome conciencia sobre la prevención, existe “Intégrate”, un programa dirigido a pacientes para impulsar estilos de vida más saludables y controlar los factores de riesgo que pudieran desencadenar enfermedades cardiovasculares.
Se trata de una plataforma que brinda información por parte de la Alianza por un Corazón Saludable, comunidad fundada en 2011, conformada por las sociedades de Cardiología, Medicina Interna y Medicina General, como el Laboratorio Silanes, con el objetivo de impulsar la participación de las instituciones gubernamentales mexicanas.