El infarto de miocardio (o ataque al corazón) y el accidente cerebrovascular (ACV) son dos de las principales causas de muerte en el mundo. De acuerdo a un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 17.3 millones de personas perdieron la vida en 2008 a causa de estas enfermedades.
Llevar una alimentación saludable, evitar el consumo de tabaco y practicar una actividad física son medidas preventivas tradicionales para disminuir el riesgo de sufrir ambos padecimientos.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Edimburgo, diseñó una nueva herramienta de diagnóstico que permite identificar si una persona corre el riesgo de sufrir un ataque cardiaco.
La técnica de imagen no invasiva –escáner– utiliza dos trazadores radioactivos que detectan placas en las arterias coronarias que presentan una amenaza para el bienestar del paciente, es decir, que tienen alto riesgo de romperse.
La ruptura de estos vasos sanguíneos da paso a la formación de un coágulo sanguíneo que interrumpe el flujo de sangre al corazón o al cerebro, lo que provoca un ataque cardíaco o un infarto cerebral.
Para llegar a estos hallazgos, los investigadores analizaron a 80 pacientes, de los cuales 40 habían sufrido recientemente un ataque cardíaco.
La otra mitad de pacientes habían presentado un episodio de dolor de pecho, que también se le conoce como angina de pecho, que es un padecimiento considerado una posible antesala para el infarto.
En la mayoría del primer grupo de pacientes, los investigadores observaron a través del escáner altos niveles de radiotrazadores justamente en el área donde se ubicaban las placas coronarias que previamente se habían desprendido.
En esta investigación también se identificó un aumento en los niveles de ambos trazadores radiactivos en cerca del 40 por ciento de los pacientes que habían experimentado dolor de pecho.
Los resultados del experimento en el que se aplicó este nuevo método para predecir infartos fueron publicados recientemente en la revista científica The Lancet.