Primer trasplante de tráquea artificial

Con apenas 32 meses de vida, Hannah Warren se convirtió en la primera niña del mundo en recibir un trasplante de tráquea bioartificial. Hannah nació con agenesia traqueal, una rara malformación congénita en la que la tráquea no se desarrolla. Su tasa de mortalidad es extremadamente alta. 

Aunque el procedimiento, con nueve horas de duración, se llevó a cabo el pasado 9 de abril en el Hospital Infantil de Illinois por un grupo internacional de cirujanos, no fue hasta este martes que fue anunciado por dicha institución. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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La tráquea bioartificial se desarrolló a partir de nanofibras y células madre de la médula ósea de la niña Hannah

Con apenas 32 meses de vida, Hannah Warren se convirtió en la primera niña del mundo en recibir un trasplante de tráquea bioartificial. Hannah nació con agenesia traqueal, una rara malformación congénita en la que la tráquea no se desarrolla. Su tasa de mortalidad es extremadamente alta. 

Aunque el procedimiento, con nueve horas de duración, se llevó a cabo el pasado 9 de abril en el Hospital Infantil de Illinois por un grupo internacional de cirujanos, no fue hasta este martes que fue anunciado por dicha institución. 

La operación fue encabezada por el doctor italiano Paolo Macchiarini, especialista en medicina regenerativa y pionero en este tipo de intervenciones; el trasplante de tráquea de Hannah es el sexto que el experto ha realizado a la fecha.

El también docente de Cirugía Regenerativa en el Instituto Karolinska, en Estocolmo, fue quien desarrolló la tráquea bioartificial a partir de nanofibras y células madre de la médula ósea de la niña coreano-canadiense. Desde su nacimiento, Hannah había permanecido en una unidad de cuidados intensivos para niños recién nacidos en Corea. Su medio de respiración era un tubo insertado por la boca. 

“Lo más sorprendente, que para una niña pequeña es un milagro, es que este trasplante no solo ha salvado su vida, sino que también eventualmente le permitirá comer, beber y tragar, incluso hablar, de la misma manera que cualquier otro niño. Dejará de ser un prisionero virtual en una cama de hospital, para correr y jugar con su hermana y disfrutar de una vida normal, que es algo hermoso”, dijo Macchiarini en un comunicado del Instituto Infantil de Illinois.

El especialista agregó que el máximo potencial de esta terapia basada en células madre es evitar la donación de órganos humanos  y, eventualmente, “poder reemplazar tejidos complejos y, tarde o temprano, órganos completos (…) Con estos trasplantes, estamos cruzando fronteras”.

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