Ningún consumidor en México está obligado legalmente a dejar propina en el lugar que le dio un determinado bien o servicio; sin embargo, es común ver a una persona ofrecer monedas o billetes a los meseros como modo de agradecimiento.
Cuando Karla Rodríguez estaba buscando un trabajo, hace año y medio, un bar en la Zona Rosa le ofreció un pago de 600 pesos a la semana más las propinas que juntara todos los días, algo que ella en un principio no tomó tan en cuenta, pues en ese entonces estaba agradecida por encontrar algo que le diera un poco de dinero.
Con el tiempo, se dio cuenta que su empleo no estaba resultado como esperaba. Algunas semanas sólo recibía el pago de su sueldo, sin propinas, pues no todas las personas a las que atendía le dejaban un monto extra.
“Yo no puedo hacer nada, porque al final es la gente la que decide si quiere o no darte algo. Ellos no saben en qué situación estemos viviendo para trabajar en lugares como estos, que necesitamos dinero, por muy poco que sea para vivir”, confiesa la mujer de 35 años.
El abogado y profesor de la Universidad de La Salle, Rafael Soler, explica que este modo de emplear a la gente, asegurándoles que la propina es parte de su sueldo, es una de las razones por las cuales el monto extra se vuelve tan valorizado por los meseros, y por lo cual, se pueden llegar a molestar al ver que el consumidor no les dejó nada en la mesa.
Para el catedrático, aunque la Ley Federal de Protección al Consumidor establece que no es obligatorio que se deje una propina por un determinado servicio, la mayoría de los mexicanos siempre da dinero extra, pues fue así como la familia lo estableció y de donde cada persona lo aprendio, pues por mínimo que sea, es de gran ayuda para mucha gente.
La inconformidad
Paco trabaja desde hace tres años en un restaurante de la Ciudad de México y confiesa que aunque sí tiene compañeros que se han quejado por la falta de propinas, a él, en el tiempo que lleva laborando, nunca le ha faltado la moneda de agradecimiento.
En una ocasión, cuando recién entró a trabajar al lugar en el que actualmente está, uno de sus compañeros le contó que atendió a una pareja, pidieron un poco de todo y por lo tanto la cuenta fue elevada. Pagaron con tarjeta y no agregaron ningún pago extra. El compañero de Paco entendió que le iban a dejar su propina en efectivo, por lo cual se retiró y les agradeció su estadía.
“Me dijo que a los dos minutos regresó a la mesa y sólo le habían dejado 50 pesos de una cuenta de aproximadamente tres mil pesos. Mi compañero se enojó y fue a hablar con la pareja que ya estaba por salir, les dijo que eso no pagaba el servicio que les dio y, al final, el caballero le dio otro billete”, confiesa Paco en entrevista.
Al respecto, el profesor en Derecho comenta que el acto de que un mesero o cualquier empleado no dejen salir a un consumidor, porque este último no dejó propina, es completamente ilícito e incluso delictivo. El visitante del lugar sólo cometerá un delito si no paga el servicio que un determinado lugar le ofreció, pues estaría cometiendo fraude.
La Ley Federal de Protección al Consumidor establece en el Artículo 10 del Capítulo I, Disposiciones Generales, que está prohibido que cualquier proveedor de bienes o servicios lleve a cabo acciones contra la libertad, seguridad o integridad de los consumidores bajo el pretexto de registro o averiguación.
Además, detalla que en caso de que alguien sea sorprendido en la comisión flagrante de un delito, los proveedores, sus agentes o empleados se limitarán, bajo su responsabilidad, a poner sin demora al presunto infractor a disposición de la autoridad competente.
También, el catedrático agrega que si una persona no desea darle propina al mesero que la o lo atendió, debe verificar en el total de su cuenta qué es exactamente lo que le están cobrando, pues sucede que en algunos lugares agregan cargos extra sin que el consumidor lo note.
El profesor recalca que to – dos los sitios que ofrecen servicios deben tener a la vista de todo el público los precios de sus productos, ya sean cubiertos, si es un restaurante, o cover, si es un bar. Así lo establece el Artículo 7 BI S de la Ley Federal de Protección al Consumidor.
“Dicho monto deberá incluir impuestos, comisiones, intereses, seguros y cualquier otro costo, cargo, gasto o erogación adicional que se requiera cubrir con motivo de la adquisición o contratación respectiva, sea ésta al contado o a crédito”, se lee.
El experto en Derecho concluye que dejar propinas tiene un valor social muy importante en México por dos razones primordiales: la educación y el respeto por el trabajo que llevan a cabo todas las personas, sin importar cuál sea.
En otras latitudes
Conoce cómo se realiza esta práctica a nivel mundial, la cual surgió en el siglo X VII en Reino Unido, cuando la aristocracia acostumbraba a dar regalos a las llamadas clases inferiores
Estados Unidos
Las propinas fueron llevadas de Europa al país norteamericano en el siglo XIX, y las personas las recibían como una ofensa a su trabajo; sin embargo, actualmente estos montos son un complemento importante de los salarios.
China
Al igual que en muchos países asiáticos, en éste no se tiene la cultura de dar propinas. Durante décadas, esta costumbre fue prohibida y considerada un soborno, visión que sigue presente hasta ahora.
Francia
Aunque hace 24 años se aprobó una ley que requiere que los restaurantes agreguen a la cuenta el cargo por servicio, aún hay franceses que les dan un monto extra a los meseros.
India
Está permitido dejar propina a pesar de que algunos lugares imponen cargos por servicio en las cuentas. Algunos establecimientos colocan letreros en contra de dejar este tipo de montos.