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¿Tienes un recuerdo con el que no puedes vivir? ¿Quisieras evitar recordar un momento desagradable? Ahora es posible borrarlo.
Evocar un momento o “viajar al pasado”, no garantiza que el recuerdo almacenado en la memoria sea 100 por ciento preciso. Inclusive, es posible que ni siquiera hayas vivido esa experiencia del pasado que tanto te aqueja. O bien, que los hechos ocurrieron de forma distinta.
Pero, ¿cómo es que ese recuerdo que sientes tan vívido se almacenó en tu cerebro, cuando es posible que ni siquiera exista?
La respuesta es que se puede alterar un tipo de memoria a largo plazo, conocida como memoria declarativa (o explícita). Es decir, aquellos hechos o eventos específicos que evocamos de forma consciente.
Y el procedimiento para modificar la información que guarda la memoria declarativa es muy sencillo: Basta con reemplazar lo que una persona cree haber presenciado con una narrativa nueva y diferente.
Al menos así lo demostraron Jason C.K. Chan y Jessica LaPaglia, de la Universidad Estatal de Iowa, en un estudio publicado este año en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Si un recuerdo se reactiva por rememoración, este se vuelve susceptible a cambios. Y si en ese momento las personas reciben nueva información contradictoria (pero relacionada al contexto de la memoria inicial), es posible que más adelante sea mucho más difícil recuperar el recuerdo original”, dijo Chan.
Pero para reescribir los recuerdos, los datos falsos tienen que proporcionarse en un plazo de seis horas, una vez que la persona comienza a rememorar. Chan explicó que en este periodo de tiempo la memoria es particularmente vulnerable y maleable. Puede editarse, actualizarse o eliminarse, antes de consolidarse de nuevo. A este proceso se le conoce como reconsolidación de la memoria.
Si la información manipulada se presenta 48 horas después de la recuperación de los recuerdos, señala el estudio, sus efectos sobre el recuerdo original serán nulos.
El experimento
Para comprobar que se puede “editar” la memoria, LaPaglia y Chan solicitaron a 146 voluntarios que vieran un capítulo de 40 minutos de la serie de televisión estadounidense “24”, en el que un terrorista utilizaba una aguja hipodérmica para atacar a una azafata. Luego, les aplicaron un cuestionario para poner a prueba su memoria sobre el episodio. Otros solo se dedicaron a jugar “Tetris”.
Posteriormente, los participantes escucharon un resumen sobre el capítulo. Incluía ciertos detalles que estaban destinados a desinformar, como la idea de que el terrorista utilizó una pistola de pulsos eléctricos (o armas táser), en lugar de la aguja hipodérmica que verdaderamente usó el agresor.
Finalmente, cada uno de los voluntarios contestó una prueba de falso y verdadero respecto a lo que habían visto originalmente. Los investigadores encontraron que aquellos que hicieron un buen recuento del episodio después de que se terminara, tuvieron dificultad para recordar los detalles que fueron manipulados, como la aguja.
También demostraron la importancia del contexto en la alteración de los recuerdos. Cuando los participantes escucharon la recapitulación incorrecta del episodio de “24” que aludía a un escenario distinto –tráfico de drogas– del que realmente habían visto –atentado terrorista–, el recuerdo original sobre la aguja y la azafata no sufrió cambios.
Para actualizar un recuerdo establecido previamente, menciona Chan, es necesario que la información nueva esté relacionada de manera específica con aquello que se evocó de primera instancia.
Tratamiento potencial
Dado que los humanos son “notoriamente ineptos para suprimir los pensamientos indeseados”, dijeron Chan y LaPaglia a la revista Phenomena, de National Geographic, los hallazgos de la investigación destacan el potencial de la reconsolidación de la memoria en la práctica clínica para tratar adicciones o ciertos trastornos de ansiedad.
Kristyn Bates, profesora asistente de investigación de neurociencia experimental y regenerativa de la Universidad del Oeste de Australia, dijo al sitio The Conversation que estos resultados “(…) realmente podrían ayudar a informar sobre los mejores tratamientos para las personas que sufren de enfermedades como el trastorno de estrés postraumático, donde los recuerdos no deseados pueden tener un impacto tan devastador en la vida de quienes lo padecen (…)”.
Kristyn Bates agregó que los autores del estudio realizaron un buen trabajo al descubrir que, en humanos, es posible manipular la memoria declarativa o a largo plazo sin necesidad de utilizar fármacos para bloquear los recuerdos, los cuales pueden causar efectos adversos en otros aspectos de las funciones cognitivas.
No importa qué tan fotográfica se tu memoria, el cerebro difícilmente reproducirá lo acontecido exactitud. “La memoria es lo que hoy eres. No en imágenes ni en grabaciones. Tu memoria es la persona que eres ahora”, expresó a MIT Technological Review la doctora Daniela Schiller, quien investiga los mecanismos neurológicos de la reconsolidación de la memoria en la Escuela de Medicina Mount Sinai.
El cine y la memoria
Modificar la memoria también es un asunto de ciencia ficción. Entre las películas cuya trama involucra modificar, alterar y/o borrar la memoria están:
>‘Hombres de negro’
Los agentes J (Will Smith) y K (Tommy Lee Jones) utilizan un pequeño dispositivo llamado “neuralizador”. El aparato produce rayos de luz para borrar los recuerdos de las personas y ponerlas bajo un estado hipnótico.
>‘Eterno resplandor de una mente sin recuerdos’
Joel (Jim Carrey) se somete a un procedimiento que elimina su memoria de forma selectiva. Su objetivo es olvidar a Clementine (Kate Winslet), con quien sostuvo una intensa relación amorosa.
>‘Desafío total’
En este reboot de la famosa película de los 90 protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Douglas Quaid (Colin Farrell) se somete a un viaje mental en el que le modifican la memoria para hacerle creer que su identidad es la de un espía.