¿Qué te hace ser tú?
¿Qué hace que dos personas que comparten los mismos genes y que fueron criadas en el mismo ambiente desarrollen personalidades distintas?
Un estudio realizado con ratones genéticamente idénticos demuestra, por primera vez, que las experiencias personales y la manera de interactuar con el entorno también determinan el desarrollo de la individualidad del cerebro.
En el experimento, 40 ratones genéticamente iguales permanecieron durante tres meses dentro de una jaula de cinco pisos construida en una superficie de 5 metros cuadrados.
Eugenia Rodríguez¿Qué hace que dos personas que comparten los mismos genes y que fueron criadas en el mismo ambiente desarrollen personalidades distintas?
Un estudio realizado con ratones genéticamente idénticos demuestra, por primera vez, que las experiencias personales y la manera de interactuar con el entorno también determinan el desarrollo de la individualidad del cerebro.
En el experimento, 40 ratones genéticamente iguales permanecieron durante tres meses dentro de una jaula de cinco pisos construida en una superficie de 5 metros cuadrados.
El comportamiento de cada uno de ellos fue monitoreado durante los tres meses que duró el experimento. Y pese a que los ratones compartían los genes y el hábitat, desarrollaron patrones de conducta distintos. Sumaron experiencias únicas.
“Algunos ratones eran muy activos, y así se mantuvieron durante todo el experimento, explorando el entorno. Se les veía por todas partes. Otros eran menos flexibles en el uso del entorno, eran más de ‘estar en casa’”, explica Gerd Kempermann, académico del Centro Alemán para Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE), que tiene su sede en Dresden, Alemania.
Los investigadores también detectaron que los ratones que exploraron exhaustivamente su entorno físico generaron más neuronas que los animales más pasivos.
La regeneración de neuronas en cerebros adultos, específicamente en un área conocida como hipocampo, que está implicada en los procesos de aprendizaje y memoria, se conoce como neurogénesis.
Esta neurogénesis, que también ocurre en los humanos durante la vida adulta, puede verse afectada por diversos factores, como la segregación de ciertas hormonas, la actividad física, tratamientos farmacológicos, el entorno y el aprendizaje. Y puede disminuir por estrés o trastornos del sueño.
“Por lo tanto, asumimos que hemos rastreado la base neurobiológica de la individualidad, que también aplica para los seres humanos”, señala Kempermann en un comunicado.
Como señaló la escritora científica Virgina Hughes en su blog “Only Human”, publicado por la revista Phenomena de National Geographic: “lo que somos, en otras palabras, son nuestros genes, sí, y es nuestro medio ambiente, sí. Pero también somos lo que hacemos con ellos”.
Y esta hipotesis es respaldada por el estudio alemán cuyos resultados fueron publicados el pasado 10 de mayo en la revista Science.