¿Reproducción ‘sin macho’?

Si se trata de concebir mediante la técnica de fertilización in vitro (FIV) avanzada, se puede prescindir casi por completo del cromosoma Y, símbolo de la masculinidad. Al menos esta fue la conclusión de un estudio realizado con ratones genéticamente modificados. 

En la investigación, publicada esta semana en Science, se encontró que solo se necesitaron de dos genes (Sry y Eif2s3y) de este cromosoma sexual para que los ratones machos pudieran tener crías que se desarrollaron de forma sana. De hecho, estos roedores también pudieron tener su propia camada de ratones. 

Si se trata de concebir mediante la técnica de fertilización in vitro (FIV) avanzada, se puede prescindir casi por completo del cromosoma Y, símbolo de la masculinidad. Al menos esta fue la conclusión de un estudio realizado con ratones genéticamente modificados. 

En la investigación, publicada esta semana en Science, se encontró que solo se necesitaron de dos genes (Sry y Eif2s3y) de este cromosoma sexual para que los ratones machos pudieran tener crías que se desarrollaron de forma sana. De hecho, estos roedores también pudieron tener su propia camada de ratones. 

“Normalmente estos ratones son infértiles, pero demostramos que cuando el cromosoma Y está limitado a solo dos genes es posible obtener crías vivas con la ayuda de reproducción asistida”, dijo a la BBC Monika A. Ward, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hawaii, en Honolulu, y quien encabezó el estudio.

Los ratones con estos dos genes del cromosoma Y pueden producir células precursoras del espermatozoide conocidas como espermátidas redondas (inmaduras). 

Como parte del experimento, esas células fueron inyectadas en los óvulos a través de una técnica conocida como microinyección intracitoplasmática de espermátidas redondas. 

Los embriones que se formaron a partir de este proceso se transfirieron al  útero de los roedores hembras. 

Los hallazgos del estudio no solo abren la posibilidad de crear ratones que puedan seguir siendo padres con una participación nula del cromosoma Y. Los autores aseguran que los resultados también tienen implicaciones para el problema de infertilidad masculina en humanos. 

Sin embargo, “las conclusiones (del estudio) no se pueden aplicar directamente en humanos porque los humanos no tienen un equivalente directo de uno de los (dos) genes clave”, aclaró el doctor Chris Tyler-Smith, del Instituto Británico Wellcome Trust Sanger. 

El siguiente paso es realizar más investigaciones para definir cuáles son esos genes clave del cromosoma Y humano, que serían suficientes para obtener descendencia fértil y sana. 

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