Robots para ordeñar vacas

Se dice que hay que “renovarse o morir”. Una máxima que no hace distinción de género ni profesión. 

La robótica beneficia al campo de la medicina, pero también favorece al sector de la agricultura, específicamente al sistema de producción de leche. ¿Cómo? Utilizando robots para ordeñar a las vacas. 

Se dice que hay que “renovarse o morir”. Una máxima que no hace distinción de género ni profesión. 

La robótica beneficia al campo de la medicina, pero también favorece al sector de la agricultura, específicamente al sistema de producción de leche. ¿Cómo? Utilizando robots para ordeñar a las vacas. 

Se trata de una práctica que, ante la necesidad de contar con mano de obra confiable y el brote de “ordeñadores” robóticos en Estados Unidos –tecnología que fue impulsada por fabricantes europeos en los 90– está cobrando auge entre los productores de leche en Nueva York y otros estados del país.

“Estamos acostumbrados a computadoras y cosas, y están (los robots) más en línea con eso”, dijo a The New York Times (NYT) Mike Borden, productor de leche de 29 años, en cuya granja familiar, O.A. Borden, ya se han instalado dos máquinas robóticas para ordeñar alrededor de 100 vacas. 

“Es mucho más divertido que cualquier otro trabajo manual”, agregó. 

Y todos, el ganado y los lecheros, se ven beneficiados. Se reducen los costos laborales, entre ellos seguro de gastos médicos, alojamiento y alimentación, por ejemplo. 

“Realmente es la flexibilidad de no tener que dejar de hacer heno porque a las tres tienes que ir a ordeñar”, comentó Kathy Barrett, del Colegio de Agricultura y Ciencias Biológicas en la Universidad de Cornell.

De acuerdo a la publicación en NYT, pareciera que a estos animales incluso les gusta el proceso de ordeño automatizado, al grado de llegar a formarse por voluntad propia para ser objeto de la extracción de leche de su ubre de entre cinco y seis veces al día. 

Los robots, que a diferencia de los humanos no se quejan de trabajar hasta tarde, ni entorpecen la producción llegando impuntuales a su labor, operan durante todo el día, llevando un registro detallado que incluye desde la cantidad y calidad de leche producida y la frecuencia con que las vacas paran en las máquinas, hasta la cantidad de pasos que las mismas dan por día. 

Y como dijo Tom Borden, dueño de O.A. Borden: “prefiero ser el director de una vaca, que el de una persona”. 

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