La regla mencionada por décadas ha sido que el hombre debe gastar tres meses de su sueldo para comprar un anillo de compromiso para su novia, aunque en los últimos años la tendencia ha sido que mientras más grande la roca, mejor.
Y si eres de los que piensan que un diamante enorme es la mejor idea, piensa dos veces: un estudio de la Universidad Emory, en Atlanta, Georgia, sugirió que gastar demasiado en un anillo o en una boda incrementa las probabilidades de que el matrimonio termine en divorcio.
Y es que profesores de economía de esta institución aplicaron encuestas a 3 mil adultos que han estado casados en algún punto de su vida, y descubrieron que aquellos que gastaban entre 2 mil y 4 mil dólares en sus anillos de compromiso eran 1.3 veces más propensos a divorciarse.
En términos del costo ideal, encontraron que un anillo de más de 500 dólares pero menos de mil dólares era el más frecuente en los matrimonios duraderos.
Las bodas no se libraron del escrutinio de los investigadores, quienes encontraron que las ceremonias y fiestas demasiado caras también eran una señal de factibilidad de divorcio para la pareja celebrada.
En este caso, gastar entre 5 mil y 10 mil dólares se consideró un gasto razonable, ligado a parejas duraderas. En cambio, quienes gastaban más de 20 mil dólares en la boda eran 3.5 veces más propensos a terminar separados.
Según los investigadores, la relación entre un gran gasto para la boda o el anillo y el divorcio es que esto pone mucho estrés en las parejas.
De hecho, el estudio mostró que las mujeres que recibieron anillos de más de 2 mil dólares se quejaban de estrés causado por la boda hasta tres veces más que las que tenían rocas de menor precio.
Sin embargo, los resultados de la investigación favorecen la realización de bodas grandes, aunque con un presupuesto pequeño. ¿La razón? Los científicos hallaron que mientras más invitados tiene una boda, mayor es la oportunidad que el matrimonio tiene de durar para siempre.