Ruido de pesadilla
Según un informe publicado en el 2011 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la contaminación acústica en las ciudades no solo es una molestia, sino también una amenaza para la salud pública”.
Así como la contaminación en el medio ambiente se traduce en múltiples daños y riesgos para la salud, la contaminación acústica también afecta nuestra mente y cuerpo. Y peor aún, el ruido “ataca” cuando menos lo esperamos: mientras estamos dormidos.
Eugenia RodríguezSegún un informe publicado en el 2011 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la contaminación acústica en las ciudades no solo es una molestia, sino también una amenaza para la salud pública”.
Así como la contaminación en el medio ambiente se traduce en múltiples daños y riesgos para la salud, la contaminación acústica también afecta nuestra mente y cuerpo. Y peor aún, el ruido “ataca” cuando menos lo esperamos: mientras estamos dormidos.
El informe de la OMS, titulado “carga de la enfermedad debido al ruido ambiente”, señala que una de cada tres personas sufre molestias durante el día por este factor y una de cada cinco tiene dificultades para conciliar el sueño en la noche a causa del ruido del tráfico.
De hecho, la exposición al ruido del tráfico y de los aviones, por ejemplo, aumenta el riesgo de hipertensión.
La exposición al ruido ambiental también está asociada a enfermedades cardiovasculares –incluyendo ataques al corazón o infarto de miocardio–, deterioro cognitivo en los niños, insomnio y tinnitus o acúfenos –escuchar ruido a pesar de la ausencia de una fuente sonora externa–.
Pero las alteraciones del sueño son la principal carga de enfermedad causada por el ruido ambiental. Como señaló el escritor científico Dorian Rolston en Scientific American, el ruido es traicionero, pues no solo mata, sino que lo hace en silencio; “el verdadero peligro, al parecer, es de todo aquello que se va acumulando en nuestros oídos sin ser detectado, es decir, durante el sueño”.
Y si la restricción del sueño se vuelve crónica, esta puede afectar la capacidad de detectar señales, el desempeño psicomotor, la consolidación de la memoria y la creatividad, además de traer consigo el riesgo de accidentes, entre otras conductas riesgosas.
El cerebro ‘en reposo’ lo dice todo
Hasta ahora, la única evidencia que se tenía sobre los estragos del ruido nocturno en la calidad del sueño de las personas eran los reportes individuales de las víctimas.
Según la OMS, es posible que estos datos no reflejen el impacto total del ruido ambiental cuando dormimos.
Orfeu Buxton, profesor de la División de Medicina del Sueño en la Escuela de Medicina de Harvard, investiga cómo afecta el ruido durante las horas de sueño, a nivel neuronal.
Lo que el también neurocientífico realiza es monitorear la actividad cerebral de voluntarios mientras duermen en el laboratorio.
Para efectos de su investigación, Buxton simula el ruido ambiental propio de un hospital. Utiliza segundos de grabaciones que incluyen personas platicando, una máquina dispensadora, un helicóptero de emergencia sobrevolando, el tráfico de las calles, etcétera.